Date: Thu, 16 Dec 2010 21:35:52 -0500
Juan Jorge Jaeckel
Hola:
Hace algún tiempo que regresamos de nuestro reciente viaje al lejano oriente y he enviado la Expo Shanghai y nuestra escala al regreso en Chicago, pero no he podido escribir sobre el tema central de nuestro viaje que fue China.
Varias veces he empezado pero ¿como sintetizo en una crónica el tercer país mas extenso del mundo (después de Rusia y Canadá), con casi 1.350 millones de habitantes (uno de cada cinco humanos es chino) y con un Producto Interno Bruto que desde 1978 - cuando Deng Xiaoping declaro que "ser rico es glorioso" - ha crecido anualmente entre 3.0 y 4.9% en dos años, 5.0 y 9.9 % en 16 años y 10.0 y 15.2% en 14 años?
Desde 1998 hemos ido cinco veces a China continental, y cada vez encontramos cambios tan notables que casi la hacen un país diferente. Por eso cualquier cosa que escriba resulta siendo una sobresimplificación, una generalización, una verdad a medias, obsoleto o todas las anteriores. Por eso he resuelto limitarme a compartir mis opiniones sobre algunos temas con la esperanza de que expliquen porque ese inmenso país nos gusta tanto y porque, mientras estemos lo suficientemente movibles para viajar, queremos seguir yendo. Vamos por tópicos:
La Gente:
Contrario al generalizado cliché de hace algunos años, los chinitos no son ni chiquitos ni pobres. La nueva generación es alta (el basket es uno de los deportes mas populares) y es prospera.
Chinos y chinas tienen una absoluta fascinación por las marcas y no por las baratas: centro comercial que se respete tiene tiendas de Dunhill, Rolex, Swarowski, y cuanto diseñador italiano se le ocurra a uno. Las mujeres están muy pendientes de la moda y por doquier se ven diseños muy ingeniosos. Lo mas notable es el resurgimiento de la falda, especialmente entre las jovencitas que están ahorrando mucho en tela.... escasamente cubren los cucos. Y desde luego hay boutiques por todos lados; les va tan bien que en Nanjing por ejemplo, encontramos tiendas de Versace, Louis Vuiton y Ermenegildo Zegna abiertas a horas en que los restaurantes vecinos ya habían cerrado.
También tienen los chinos una fascinación por los automóviles. En las calles predominan los carros grandes y las marcas alemanas: Mercedes, Audi, BMG y Volkswagen (pero de los grandes). Claro que también se ve mucho Buick (la marca mas popular de General Motors en China), Citroen (pero también de los grandes), y las marcas deportivas italianas. En Hangzhou, una pequeña ciudad (por estándares chinos) de apenas 3 millones de habitantes, encontramos grandes vitrinas de Masseratti y de Lombarghini y una de Mercedes Benz de una cuadra de largo.
Los chinos son gente amable: cuando uno va por la calle mirando un mapa con cara de confusión, probablemente alguien se le acercará a ofrecer ayuda. En varias ocasiones, en un bus o un metro lleno, algunos ciudadanos mas jóvenes (o menos mayores) que nosotros, ofrecieron cedernos sus puestos. Sin embargo cuando se forma una congestión y llega el momento de empujar, los chinos empujan: los serenos monjes, en sus túnicas naranjas, son de los que mas fuerte empujan.
A China la maneja el único partido que es el comunista, y aunque uno encuentra imágenes de Mao Zedong por doquier y en todos los billetes de Yuan (excepto los de 20), el país actual no tiene nada que ver con lo que uno asocia con maoísmo. Hay que tener en cuenta que mas de la mitad de la población nació después de la Revolución Cultural. Tengo la firme impresión de que el chino promedio – y especialmente el chino joven – considera a Mao como otro personaje de la historia, el Libro Rojo como una curiosidad folklórica y que es mas interesante consumir que politiquear.
Transporte:
Cuando viajamos, Yarka y yo generalmente alquilamos un carro pero en China no lo hacemos. No es por razón de idioma puesto que como analfabetos sordomudos hemos manejado por Indonesia, Malasia, Tailandia, Vietnam y partes de Japón. Además en China las calles y las carreteras están bien marcadas tanto en chino como en ingles, y los mapas son buenos y abundantes (los GPS son menos útiles porque generalmente se limitan a mostrar transcripciones pinyin de caracteres hanzi a caracteres romanos, sin indicar de que se trata: avenida, lago, río, hotel, etc......).
Las razones para no alquilar carro son otras: dentro de las ciudades el transporte publico es bueno y los taxis son abundantes y baratos; entre ciudades las distancias pueden ser muy largas. Además la forma en que los nativos manejan sus grandes maquinas hace pensar que las líneas de sus anchas vías son mera decoración y que los conductores de busetas bogotanos son unos niños cobardes. Para hacer la cosa mas interesante, esas mismas vías están plagadas de motociclistas tan ágiles como los nuestros, que se consideran inmortales puesto que no usan ni cascos, ni protectores, ni chalecos reflexivos, (supongo que todos lo exportan).
En las ciudades grandes hay sistemas de trenes subterráneos y casi todos son nuevos. Los que conocimos no tienen nada que envidiarle al Metro de Singapur: vagones y estaciones amplios, bien iluminados, impecablemente limpios, con aire acondicionado, vírgenes de grafitis y con un detalle que no tienen la mayoría de los Metros de occidente: los diseñadores intuyeron que los usuarios son seres humanos con necesidades fisiológicas por lo cual dotaron las estaciones con facilidades sanitarias disponibles para el publico (¿has tenido urgencia de ir al baño en la estación de subway en Times Square?)
Los sistemas de Metro que conocimos están claramente señalizados en chino y en ingles. Con el Metro de Shanghai se puede llegar sin tropiezos a cualquier zona de la ciudad: en la estación en que uno lo aborda una maquina multilingüe expide el tiquete con solo darle el nombre de la estación de destino y el número de la línea en que queda (actualmente hay 10 líneas). De ahí en adelante solo es seguir indicaciones claramente marcadas, incluyendo las transferencias de una línea a otra. Por si acaso, en los vagones anuncian por altavoces y en bandas de luces las estaciones y las transferencias de líneas. Como cosa curiosa cerca de las puertas de los vagones hay pantallas de televisión que muestran noticias, comerciales y lecciones de cívica.
Los buses y los tranvías, aunque están bien marcados y también anuncian las paradas, son un poco mas complicados de usar y generalmente requieren que uno sepa de antemano exactamente lo que va a hacer.
La mejor alternativa es tomar taxi: como decía arriba, son muy abundantes y muy baratos. Se pueden abordar en cualquier parte y aunque pocos taxistas hablan ingles, con las tarjetas preimpresas con los lugares mas frecuentados en caracteres Kanzi y romanos que entregan los hoteles, o con que alguien te escriba en Kanzis la dirección a donde vas, no tienes problemas para llegar a ningún sitio. Una carrera normalita vale menos de 5 dólares y pocos son los sitios a los que uno no llega con 10, inclusive en Beijing.
Cuando se trata de viajar entre dos ciudades la primera opción es volar, y es relativamente barato. Ha pasado mucha agua bajo los puentes (¿o sería mejor decir "aire bajo los alerones"?) desde cuando volar en China se consideraba un acto temerario. Recuerdo que ya a finales de los años 90's cuando por primera vez volamos en China entre Guangzhou y Guilin - lo cual pensábamos que sería una aventura altamente peligrosa - en vez del destartalado turboprop Ilyushin que imaginábamos, China Southern nos subió a un Boeing 737 que olía a nuevo, con lindas cabineras y abundante servicio de excelentes sándwiches y bebidas. Y eso en un vuelo de algo menos de una hora.
Hoy en día, las aerolíneas chinas son muchas y compiten fuertemente entre sí aunque todas caen bajo el manto de la CAAC (Civil Aviation Administration of China) que es también una especie de holding. Como las empresas son relativamente nuevas (post Revolución Cultural) y el trafico crece vertiginosamente, las flotas son jóvenes y operan en aeropuertos en su mayoría nuevos, grandes (proyectados al futuro), espectaculares en diseño y en funcionalidad, aunque la distancia que hay que caminar – pese a los andenes rodantes - puede en si ser un viaje.
Lo único malo es que algunas aerolíneas se están apartando del patrón de excelente atención al cliente que es característico de las líneas aéreas asiáticas y están adoptando medidas de hostigamiento copiadas de las aerolíneas norteamericanas tales como cargos por equipaje. Sin embargo en todos los vuelos que hicimos en nuestro reciente viaje – aunque en aviones muy llenos – fuimos siempre muy bien atendidos y la supuesta restricción del equipaje de mano a solo 5 kilos no se cumplió.
Si la distancia a cubrir no es terriblemente larga, el tren es una buena alternativa al avión. China cuenta con una red ferroviaria de cerca de 100.000 kilómetros, de los cuales 7.500 son utilizados por trenes de alta velocidad, conocidos como HSR (High Speed Railroad) que andan a 200 o mas kilómetros por hora, y 2.000 son utilizados por trenes que van a 350 kmph. La conversión a HSR continúa y para finales del 2012 la red de alta velocidad casi se doblará y tendrá 13.000 kms.
Los trenes de alta velocidad son muy cómodos y no son costosos: las sillas son reclinables como las de los aviones, pero un poco mas anchas, y la distancia entre fila y fila (lo que en los aviones llaman pitch), es mucho mas amplia. La diferencia entre vagones de primera y segunda clase es la configuración: primera tiene dos sillas a cada lado del corredor central; segunda clase esta configurada 2 y 3 con sillas ligeramente mas angostas. De resto son muy parecidos. Y la gran ventaja los trenes: van de centro de ciudad a centro de ciudad, lo cual representa un gran ahorro de tiempo.
Los actuales itinerarios de los HSRs cubren rutas relativamente cortas. Para dentro de algo mas de un año piensan poner en servicio la línea HSR Beijing - Shanghai de aproximadamente 1.400 kms que reducirá el tiempo de viaje a menos de 5 horas de las 10 que toma actualmente. Para viajes mas largos por ahora solo hay trenes normales con coches camas en camarotes compartidos de 4 (los llaman Soft Bed) o 6 pasajeros (Hard Bed), pero los vimos y no nos parecieron adecuados (no permiten comprar un camarote entero para usarlo solo dos pasajeros), tanto así que decidimos no viajar en tren de Lhasa a Xining (24 horas /1.900 kms), por la recién (2006) construida línea que recorre 800 kms del Tibet a alturas entre 4000 y 5100 metros sobre el nivel del mar, pese a que según todos los reportes es un viaje espectacular.
Gastronomía:
Mi primer contacto con la comida china fue en Barranquilla hace muchísimos años, cuando todavía se iba en barco por el Río Magdalena (¿Alguien recuerda los vapores Atlántico, Monserrate y David Arango, palacios flotantes con cabinas de lujo-lujo, súper-lujo y extra-lujo que zarpaban de La Dorada y unían en menos de una semana a Bogotá con Barranquilla?) Fue en el restaurante Chop Suey, que frente al Estadio Municipal y en medio de jardines tropicales se hizo famoso no solo por su entonces exótica cocina sino también como escenario para grandes músicos. Allí nos iniciamos en el Chow Mein, el Chaufan, el Chop Suey y los Egg Rolls toda una generación de colombianos. Tan es así que esos platos aún siguen siendo en Colombia lo que simboliza esa cocina.
La gastronomía china es mucho mas: empecemos por los elementos que diferencian la forma en que comen los chinos de lo usual en Occidente. Aparte de que en vez de cubiertos usan palitos, el menú es totalmente diferente: en vez de sopa, seco y dulce, los chinos combinan un montón de platos y no tienen secuencia definida. Se trata de combinar sabores en cualquier orden. Las sopas pueden ir en cualquier momento. Entre mas gente, mas platos y por eso, entre mas gente haya en la mesa, mas variada y divertida resulta la comida.
Ya que menciono mesa, para los chinos, a no ser que no haya sino cuatro comensales, la mesa debe ser redonda y debe tener en el centro una tornamesa en la cual ponen a girar todos los platos ofrecidos para que cada quien se sirva lo que mas le apetezca cuando le vaya provocando. La mesa redonda tiene otra ventaja: facilita la conversación, parte esencial de una buena cena: para comer bien hay que compartir. Por la misma razón los platos no son realmente platos sino porciones para ser compartidos entre los comensales. Como regla general en un restaurante uno pide un plato por persona y uno mas "para la mesa". En una mesa de 6 u 8 eso deja espacio para repetir los que mas han gustado y/o adicionar luego un antojo. En algunos restaurantes para mesas de pocos ofrecen porciones pequeñas para poder probar así mas platos.
China existe desde hace 6000 años lo cual resulta en una larga tradición gastronómica, y está habitada por 56 etnias regadas en un territorio que va de estepa a trópico, cada una con su propios ingredientes y preparaciones. Esto genera una tremenda variedad de gustos y diferencias muy notables entre las diferentes cocinas. El común denominador son el arroz y las pastas, aunque en el sur predomina el arroz y en el norte la pasta. Las cocinas mas extendidas – y lo que voy a decir es una grotesca sobresimplificación – son la Cantonesa que dio origen a la mayoría de los populares restaurantes de Chop Suey y Chow Mein en occidente, la cocina del norte que algunos la llaman Mandarín, y la Sechuan, que se identifica con los picantes, pero cada región tiene la suya y con gran variedad de platos. Los ingredientes con que trabajan son los locales – como debe ser – que a veces pueden parecernos bastante exóticos y/o extraños, pero hay que recodar que lo que para unos es – ¿como digo? – no apetitoso, por no decir repulsivo, para otros es una delicia: caso concreto las hormigas culonas que nosotros comemos con inmenso gusto. Otro caso: la deliciosa langosta que a mí me fascina, objetivamente hablando es un animal horripilante. O no? En fin, como dice el cocinero chino, "todo lo que se mueve va a la olla". Mi recomendación es probar de todo, pero nunca preguntar que es..... para evitar que te digan.
A mi modo de ver 2000 palabras son la línea entre una crónica leíble y un pesado ladrillo y ya la pasé. Se me ha quedado en el tintero opinar sobre hotelería, espectáculos, arquitectura, costos de viaje y sobre todo lo que hasta ahora mas nos ha gustado en China........ Eso se quedara para una próxima crónica que ojalá alcance a sintetizar antes de salir a Colorado, Utah y Nuevo México a donde queremos ir para el fin del año.
Mientras tanto Yarka y yo queremos desearte Paz y Tranquilidad en estas Fiestas de Fin de Año y Salud, Éxitos y Prosperidad para el 2011.
Un abrazo,
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