Monday, August 15, 2011

RESTAURANTE KONG Y CARRANGA SINFONICA - 2010


Date: Mon, 19 Jul 2010


Hola:

Parece que en Bogotá tenemos un leve renacer de comida china, posiblemente la mas variada de todas las cocinas étnicas. No es que la cocina china haya desaparecido de Bogotá sino que los restaurantes chinos perdieron relevancia: cuando uno piensa en comida china generalmente se limita a pedir un Chop Suey por teléfono. Aún recuerdo cuando era buen plan gastronómico ir a conocer nuevos platos en el Restaurante Hong Kong en la calle 23, frente al teatro Mogador. Siguieron varios buenos restaurantes mas, pero con el tiempo y muy pocas excepciones como Gran China en la calle 77, Alice's en la calle 69-A que antecede por años el auge de la Zona G, Toy Wan en la calle 100 y uno o dos mas, la gastronomía fue relegada a modestos restaurantes de barrio y a plaza de comida en centros comerciales.

Eso,  muy lentamente, puede estar cambiando: cuando inauguraron el Centro Comercial Retiro dedicado a marcas de lujo, para sorpresa de muchos incluyó un restaurante chino, el China Club, muy elegante y contemporáneo, con buena cocina y unos pocos elementos de decorado orientales (con algo de humor irónico), pero ya no lleno de faroles, abanicos y otras tantas chucherías "típicas" y los rojos y dorados que tradicionalmente han identificado los restaurantes chinos.

Luego, siguiendo el mismo concepto de restaurante sofisticado, abrió Zhang en el marco de la plaza de Usaquén, distribuido en un edificio de tres pisos y terraza-azotea, muy buena cocina, ambiente muy contemporáneo tipo lo que se imagina un decorador como apropiado hoy en día para un restaurante en Beijing. Desafortunadamente el espacio y la ubicación del local eran tan buenos que hace un tiempo Archie's decidió que sus excelentes pizzas son mas rentables y lo incorporó a su cadena.

Entre tanto en la Zona G surgió Buda Gardens, un bar y restaurante con cocina china que ha tenido éxito suficiente para que enfrente abriera el restaurante Kong  (Calle 69-A  No 5 – 36, teléfono 235-9229). Como ofrecen platos de la provincia de Szechuan y a Yarka le fascina lo picante, ayer resolvimos con unos amigos almorzar allá.

La entrada fue un pequeño choque: una inmensa rama blanca, completamente pelada, sobre un fondo morado. Luego se entra por la izquierda a un salón negro con mesas y sofás apenas iluminados por luz azul, eso a las 3 de la tarde!  Ese es el bar que con algunos pequeños recintos aún mas negros, ocupa todo el primer piso: me recordó de algunos bares con nombres como Negro-Negro, Tinieblas y Una Vela  los cuales fueron tan populares en Lima a principios de los años 60s que hasta fueron copiados en Bogotá.

Una escalera sube al segundo piso que en comparación parece mas normalito: paredes moradas con pesadas cortinas moradas tapando las ventanas; en la penumbra se ven pequeñas mesas (casi todas ocupadas), algunas con sillones y sofás rojos y dorados aproximando algún  estilo francés, en el fondo una gran cocina abierta. Colgado del techo que es muy alto esta el elemento de decoración china: una vaintena de jaulas redondas yvacias: los pajaros están pintados en blanco sobre la morada pared de fondo. El efecto, fuera de ser muy original es hasta bonito. Supongo que simboliza a los viejitos que llevan sus aves a pasear al parque, digamos en Hong Kong.

La carta de Kong es relativamente corta y carece de los menús familiares para 3, 4 6 u 8 personas y de los platos combinación de los restaurantes chinos tradicionales, pero es completa, variada y bien balanceada. Las porciones son grandes y están pensadas para compartir de manera que con los compañeros de mesa uno puede combinar sabores muy interesantes. Me place reportar que de los cuatro que estábamos en la mesa, cuatro salimos muy contentos con todo lo que comimos. Hasta yo que soy muy flojo para el picante ya que este, muy inteligentemente, lo ponen a discreción de cada comensal.

Los meseros conocen los platos y los explican bien, son serviciales, y  hacen sugerencias (talvez demasiadas). Todavía les falta un poco de pulimento, pero creo que lo pueden lograr. Los precios por plato son un poco mas altos que lo usual pero las porciones son bastante mas grandes. Una sugerencia: en vez de seguir la convencional regla de pedir para compartir un plato por persona mas  "uno para la mesa", cuenta cabezas, resta uno y pide ese numero de platos; así sobra menos. Me lo recomendó uno de los meseros.

Aunque puede ser un poco prematuro calificar este restaurante que aún no ha cumplido un mes funcionando, voy a intentar hacerlo reservándome el derecho a revisar las notas cuando esté mas establecido. En las escala de 1 a 30 de Zagat yo le doy hoy 26 en Comida, que me pareció muy satisfactoria; 21 en Servicio ya que aunque amables y bien informados les falta un poco de eso a lo que ya estamos muy acostumbrados en Bogotá, y 18 en Ambiente, advirtiendo que es posible que yo sea muy retrogrado y no entienda los estilos de avanzada.

El hecho es que la comida nos gustó y a Kong pensamos volver, pero de noche.

Aunque nada tiene que ver con comida china, para finalizar quiero comentar un evento al que asistimos el viernes pasado que fue divertido, interesante y un éxito total con el publico asistente: el concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional y Jorge Velosa y los Carrangeros de Raquira. Para el proyecto de Carranga  Sinfónica escogieron como 15 de las canciones mas populares del repertorio de los Carrangeros y le pidieron a diferente arreglistas que hicieran versiones sinfónicas con los Carrangeros de solistas.

Antes del concierto asistimos a un conversatorio con Jorge Velosa y con Carlos Izcaray quien dirigió la orquesta. Fue interesante conocer al maestro Velosa de civil: tiene aspecto de académico. Digamos profesor universitario, por ejemplo de la Universidad Nacional, Facultad de Sociología. Pero no de profesor revolucionario de arengas en la Plazoleta Che Guevara, sino de profesor cuyos cursos ganan concursos de popularidad por la claridad y el humor con que explica sus posiciones. En el conversatorio explicaron el porqué de este proyecto, como lo realizaron y que esperan de él. Fue muy interesante, y ameno y salimos entendiendo algo de lo que significa la música de Carranguera.

Cuando a un arreglista le piden que haga un arreglo para 8 instrumentos hace un arreglo para 8 instrumentos, si es para una orquesta de 20 lo hace para 20. Si le dan una sinfónica entera, la tentación de usar los 100 instrumentos lo máximo posible y demostrar sus conocimientos de contrapunto, armonias, disonancia, desde Bach hasta Schönberg debe ser casi incontenible. Por eso algunas de las piezas resultaron ser muestras de profunda sapiencia musical pero perdieron el ingenuo encanto de la música de Velosa. Pero afortunadamente en la mayoría los arreglistas se pudieron contener y la música  resultante fue un verdadero placer. Caso concreto: dos de las mas populares: Julia, Julia, Julia ("yo quiero a Julia mas que a mi camión") y La Cucharita (".... se me perdió!") resultaron realmente emocionantes.

Los Carrangeros los vimos como lo que son: una bella expresión de lo mejor del modo de ser boyacense. En el escenario de Colsubsidio solo les falto un pequeño toque de autenticidad: en vez de tener al pie unas botellitas de agua deberían haberles puesto un "palo de cerveza".

Te recomiendo que vayas a este concierto: lo van a repetir en Tunja y en Raquira, pero eso puede ser un poco extremo. Ojalá lo repitan en Bogotá. Si es así, allá nos veremos!

Juan Jorge Jaeckel


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