Monday, January 23, 2012

Fin de Viaje: SARASOTA 2011


Date: Fri, 23 Dec 2011:


Hola:
Ante todo, Feliz Navidad!
Este es el tercer  y ultimo – espero que sea breve - capitulo de la crónica sobre el reciente viaje que hicimos para cruzar el Atlántico a bordo del Nieuw Amsterdam, que salió de Venecia y nos dejó en Fort Lauderdale.
Desde antes de salir habíamos decido que este viaje seria una buena oportunidad para visitar a Bob Eaton, mi compañero de cuarto en Princeton y a Pamela, su señora, que  hace años disfrutan un feliz retiro en Sarasota, Florida. Bob, como yo, fue publicista. El fundó una agencia en Frankfurt que luego fusionó con Ted Bates Worldwide y gerenció hasta que Bates fue comprada por Satchi & Satchi en 1986. Cuando se retiró se trasladó a Sarasota, donde vivían sus padres, y como no se podía quedar quieto empezó a coleccionar obras en piedra de escultores de Zimbabue. Las encontró  tan interesantes que fue a Harari para aprender más sobre ese arte, y viajo por todo el país para conocer a los autores y comprarles obras. Compro tantas que ya no le cabían en ninguna parte y tuvo que vender unas cuantas. Así comenzó a comerciar con ellas. El y Pamela viajaron anualmente a Zimbabue a renovar su colección, mientras las circunstancias – Robert Mugabe – lo permitieron.
Hoy en día  Bob no vende esculturas, pero convive con cerca de 100 que tiene expuestas en su casa. Si quieres ver como son las sorprendentes rocas talladas  de Zimbabue que a mi me parecen fascinantes, abre este link que lleva a la exhibición permanente de 20 de ellas en el aeropuerto de Atlanta:  http://www.atlanta-airport.com/passenger/art%20program/frmPassengerInformation_ArtProgram_Zimbabwe.aspx Ojo!: No todas las esculturas que tiene Bob en su casa son de ese tamaño. Hay algunas que se pueden poner en una mesa, siempre y cuando esta resista el peso.
Pero volvamos a mi tema: Del puerto de Fort Lauderdale fuimos directamente a la oficina de Hertz mas cercana a recoger un carro para cruzar la Florida a través de los Everglades que van de costa a costa. Los cruzamos usando el Alligator Alley (I-75), una autopista elevada apenas 2 metros sobre el pantano, que va de Weston, junto a Fort Lauderdale, hasta Naples, en el Golfo de Mexico, sin una sola curva. No tiene sino unos cuantos puntos de observación, una salida a una reserva indígena y es ecológicamente perfecta. Pero 136 kilómetros sobre un verde mar de pasto, sin siquiera un sitio en que uno pueda comprar una hamburguesa o hacer pipí, resultan algo aburridos.
En Naples cruzamos al norte  por la misma I-75 hasta Sarasota. Aquí la carretera son 190 kilómetros, igualmente verdes pero menos aburridos,  porque es  ligeramente mas variada. Cuando se trata de carreteras con paisajes estamos muy mal acostumbrados: pocas hay tan lindas como las que tenemos en Colombia. Lastima que las lluvias las tengan borradas.
Sarasota es un sitio muy peculiar. Dejó de ser cambuches hace apenas 150 años y desde un principio mostró "vocación turística". A fines del Siglo XIX ya llegaban norteños ricos, Snow birds, para escapar el invierno y ya funcionaba un campo de golf, aunque solo tenía 2 hoyos. La cosa se volvió en serio a principios del siglo XX con John y Charles Ringling, dos de los siete hermanos que transformaron un pequeño circo familiar en una gigantesca empresa de espectáculos que aún hoy prospera, y que en esa época ya eran poderosos inversionistas y hábiles empresarios. En ese entonces se rumoraba que John era uno de los 5 hombres mas ricos de los Estados Unidos. Los Ringling compraron más de 10.000 hectáreas para desarrollarlas.
En los años 20's John construyó una impresionante mansión, Ca'd'Zan, ("la casa de John" en dialecto veneciano), y comenzó a urbanizar sus alrededores. En 1926  los hermanos establecieron en Sarasota los Cuarteles de Invierno del Barnum & Bailey Circus, lo cual atrajo mucha gente. Ca'd'Zan, esta abierta al público y es una de las atracciones de la ciudad, como también lo es el John and Mable Ringling Museum of Art, construido por John cerca de su casa para exhibir su colección privada de cerca de 1000 obras de los grandes maestros del arte barroco. Lo abrió al público en 1931, y en vida lo donó al estado. Hoy por hoy, por cualquier criterio, es un museo importante. Además, en el mismo conjunto está el Museo del Circo, uno de los más interesantes, divertidos e instructivos museos que he conocido especialmente si a uno le interesan los espectáculos del pasado. (Si quieres ver el conjunto o cualquiera de sus partes, abre este link: http://www.ringling.org/. Hasta hoy el nombre de Ringling que uno solo asocia con espectáculos eminentemente populacheros, sigue muy ligado a la sofisticada Sarasota: fuera de los museos, aparece en universidades, bulevares y viaductos, para mencionar solo unos cuantos.
Así las cosas, gracias a su clima y a los angostos cayos con playas de  blancas arenas que bordean su costa y bahía, Sarasota fue atrayendo cada vez mas ricos huyendo del frío Norte, y  mas y mas acaudalados jubilados. El resultado es una comunidad compuesta en buena parte por ciudadanos mayores y por jóvenes estudiantes del Ringling College of Art and Design fundado por John Ringling, y del campus de South Florida University (SFU) que tiene allí sus facultades de Artes y Ciencias, Educación, Hotelería y Restaurantes, y Business. Eso da unos 50.000 residentes permanentes, pero de Noviembre a Marzo, cuando llegan los Snow Birds, son muchísimos mas.
Sarasota está sembrada de campos de golf (en su vecindario hay cerca de 90 canchas prácticamente colindantes) rodeados por condominios de grandes y lindas mansiones, cada una  con sus respectiva piscina, todas diferentes pero tan parecidas en estilo que sus desmemoriados dueños tienen que probar sus llaves para entrar a la que es. Todas tienen varios cuartos de huéspedes para alojar hijos y nietos cuando llegan de visita.
Los Eaton nos pidieron que nos quedáramos con ellos, pero Yarka y yo declinamos porque preferimos la independencia y movilidad que nos permiten los hoteles. Pensamos que los hoteles son uno de los inventos más cómodos del Siglo XX. Además que alojarnos con  ellos hubiera resultado ser una indelicadeza: planeábamos quedarnos en Sarasota por tres días pero resultaron siendo siete.
En cuanto a hoteles, hay algo curioso: si bien la costa del Golfo de Mexico esta saturada de hoteles de gama alta, en Sarasota solo hay dos, el Ritz Carlton y el Hyatt Regency que en temporada pueden ser escandalosamente caros.. Esto se debe, creo yo, a que los Snow Birds adinerados tienen sus propios nidos de invierno en las muchas lujosas torres de apartamentos que hay cerca del centro. En cambio en los alrededores hay muchísimos hoteles de gama media que para ir a la playa resultan perfectamente adecuados.
El pequeño centro de Sarasota tiene algún parecido con Coral Gables (ambas empezaron en la misma época), pero un aire diferente porque da sobre la bahía y una extensa marina con cientos de veleros y yates de motor, algunos capaces de cruzar un océano. Ahí almorzamos en la terraza de Marina Jack, un inmenso restaurante de dos pisos con ambientes que van de muy elegante a completamente informal. Nuestra mesa daba sobre el mar. A los pocos metros, frente a nosotros, pero en la cubierta de un recién llegado inmenso yate con bandera del Reino Unido (home port London),  atendidos por un butler de librea, almorzaba una pareja muy british con su  hija y tres nietos. En Sarasota se ve de todo...  ¿Y la cocina de Marina Jack? Buena, pero no memorable.
Cenamos en Selva Sarasota, un restaurante peruano, en Main Street, muy estilizado, que está muy de moda. Es aceptable, pero nada que ver con Nazca, 14 Inkas, Astrid y Gaston o similares en Bogotá. También comimos en The Bijou Café , un buen restaurante francés, elegante y tradicional: es el que mas nos gusto en toda el área.. El servicio es generalmente muy cordial, pero no muy "profesional". La mayoría de los sitios, eso si, son muy cómodos y agradables. Yo diría que en general, en Sarasota se come bien, pero no encontramos nada excepcional aunque admito que puede existir
En Sarasota, como en casi todas las comunidades acaudaladas de los Estados Unidos, es notoria la escasez de franquicias. Uno puede andar por kilómetros en calles y carreteras sin ver ni un McDonald's, un KFC o un Burger King. Para eso hay que llegar a las salidas de las autopistas. Inclusive hay que buscar mucho para tomarse un café en Starbucks.
La gente que vive en Sarasota es gente que tiene mucho tiempo libre para el ocio. Por eso, aparte del golf, surgieron otras actividades lúdicas, muchas de ellas culturales. Abundan los teatros, algunos pequeños como el Asolo, y otros muy grandes como Van Wezel., una gran sala que ojala tuviéramos en Bogotá.
El  Asolo es un teatro barroco del Siglo XVIII que fue desmantelado, traído de Italia, reconstruido en el complejo de los Museos Ringling y continua activo para recitales y presentaciones de teatro y música de cámara. En su ambiente íntimo/palaciego (el teatro fue construido en Italia en honor de una reina de Creta) tuvimos la oportunidad de oír un delicioso recital de piano.
El pequeño teatro le presta su nombre al Asolo Repertory Theater, una organización que  monta al año alrededor de 15 obras y las presenta en las dos salas del vecino SFU Center for the Performing Arts. Allí tuvimos oportunidad de ver una excelente producción de My Fair Lady que está en temporada.
En el Van Wezel Performing Arts Hall que da sobre la Bahía presentan habitualmente la Sinfónica de Sarasota, una orquesta con gran reputación regional, y el Sarasota Ballet que tuvimos oportunidad de ver en una interesante presentación de The Two Pidgeons con música del compositor francés Andre Messager y coreografía de Sir Frederick Ashton. Aparte de un sorprendente montaje escénico y del buen baile, nos llamó la atención que las bailarinas son todas planas como debe ser, pero no son diminutas: todas  son muy altas. En puntas pasan a los bailarines por al menos la cabeza: debe ser un gran esfuerzo levantarlas y continuar sonriendo.
En adición a Orquesta y Ballet, Sarasota cuenta también con una ya bien establecida Opera que tiene su propio teatro y monta al menos cinco obras al año. No tuvimos oportunidad de oírla, pero dicen que es bastante buena.
Toda esta bonanza escénica se debe en buena parte a la abundancia de voluntarios, una fuente de recursos humanos altamente calificada, ya que en su mayor parte son gente que ocupó altas posiciones y quiere permanecer activa: cuando se reúnen los acomodadores del Repertory Theater parecen ser la reunión de la junta directiva de alguna importante corporación. 
En resumen, pienso que Sarasota es un buen sitio para pasar unos  días aun para alguien como nosotros que no somos ni golfistas ni "gente de playa", especialmente si vas en época de temporada cuando todo esta activo,
Ahora estamos por emprender viaje a Missouri, donde pensamos pasar el año nuevo. No sabemos exactamente a que vamos, pero nadie nos ha dado una buena razón para no ir. A nuestro regreso espero poder contarte si valió la pena el paseo. Entre tanto nos podemos ver en http://cronicasdejaeckel.blogspot.com/
Yarka y yo queremos desearte unas tranquila y alegres fiestas de fin de año, y un venturoso 2012.
Un abrazo,
Juan Jorge Jaeckel 

No comments:

Post a Comment