Monday, January 23, 2012

Continuación de Viaje: Travesia Venecia-Ft. Lauderdale 2011


Subject: Continuacion de Viaje: Travesia Venecia-Ft. Lauderdale 2011
Date: Tue, 13 Dec 2011


Hola:
Continúo con la crónica sobre nuestro reciente viaje que interrumpí para divagar sobre teatro,  restaurantes en Bogotá y ssobre dos videos muy curiosos que recibí (las notas sobre estos temas las acabo de subir a http://www.cronicasdejaeckel.blogspot.com/) :
De Atlanta volamos a Venecia, el punto de partida del crucero, motivo principal del viaje. Lo hicimos por Lufthansa, con una cómoda escala de 4 horas en Frankfurt. Fue un vuelo muy agradable, especialmente porque volamos en Business Class que es una forma mucho más civilizada de viajar que Economy, aunque me queda la duda si justifica los varios miles de dólares adicionales en tarifa. No sé si por una comodísimo sillón y una comida que apenas compara con las que servía Carlos Child en "Turismo" cuando era Director de Servicios de Avianca en los años 70's, prefiero gastarme  esa plata en restaurantes y otros gusticos en el punto de destino.
A Venecia llegamos dos días antes de zarpar que es un margen prudencial pero obviamente no es lo que Venecia requiere. Afortunadamente no  "íbamos a conocer": aprovechamos el tiempo para revivir experiencias pasadas. Y fue por experiencia que decidimos no quedarnos en uno de los esplendidos hoteles que funcionan en los esplendidos  palacios de los mercaderes venecianos; nos quedarnos en un hotel  en tierra firme para no tener que cargar nuestras múltiples y grandes maletas  por puentes y canales. Aún no hemos aprendido a empacar liviano. Quedarse en las afueras no es tan pintoresco como quedarse en una habitación con vista a los canales,  pero en una estadía breve, por comodidad y aprovechamiento eficiente del tiempo, vale la pena hacer el sacrificio. Además, el taxi acuático entre el aeropuerto a un hotel del centro cuesta más de 100 euros.
Decidimos que la mejor manera de aprovechar nuestro corto tiempo era recorrer canales en los vaporetti (buses acuáticos) que van a todas horas a todas partes, incluyendo islas vecinas como Lido y Murano. Un pase ilimitado para vaporetti y buses valido por 12 horas vale  16 euros, y los hay  validos hasta por una semana por 50 devaluados euros. Tomamos un bus que pasa enfrente a nuestro hotel, el Courtyard by Marriott (nosotros siempre le somos fieles a las marcas de Marriott que nos trata muy bien) , que nos dejó en la isla de la estación ferroviaria, entrada oficial al  Gran Canal de Venecia y punto de partida  de casi todas las rutas de vaporetto. Como para efectos prácticos  solo teníamos un día para "turistiar", tuvimos un día movidísimo: recorrimos canales, callejuelas y puentes pero no tuvimos tiempo de entrar a casi nada de lo mucho que hay que ver. Afortunadamente  en viajes anteriores lo habíamos hecho.
Venecia es hoy tan  linda  como lo ha sido por siete u ocho siglos, aun con las inundaciones que causan las "acquas altas"  (mareas que a veces entre octubre y febrero, dos veces al día y hasta por 4 horas, cubren la Plaza de San Marcos y parte de la ciudad). Hoy las "acquas altas" ya son parte de la diversión.  Para muchos el problema lo resuelven los andenes temporales elevados 60 centímetros sobre la Plaza y las calles aledañas, aunque la policía tiene que cuidar que las hordas de turistas chinos con sus gruesas billeteras, buscando  afanosamente tiendas de marca, caigan al agua. Otros prefieren usar botas y caminar en el agua que rara vez sobrepasa los 20 centímetros de profundidad. Pero divago….
Llegamos a la Plaza de San Marcos aun mojada por la marea, pero increíblemente bella e intemporal: es un placer verla, tomando un café y oyendo jazz sentados en una mesita del Caffe Florian que está operando desde 1720. Caminamos por puentes y canales y por las estrechas callejuelas, miramos vitrinas con lindísimas cosas raras, y también  con chucherías charras pero, eso sí, muy caras: Venecia vive de los turistas a los cuales los locales explotan y parecen despreciar: la gente no es amable y el servicio en tiendas y en restaurantes es algunas veces hasta hostil ¿O será que estamos muy mal acostumbrados por la amabilidad de los colombianos?
En materia de comida la variedad es muy grande y tiene un común denominador: es bien costosa. Por lo que comimos esta vez y en veces anteriores, es mucho lo que hay que elogiar lo pintorescos que son los restaurantes pero poco lo que se puede decir en cuanto a buena cocina. Esta vez cenamos en uno de los cinco restaurantes que quedan al pie del Ponte di Rialto, al lado opuesto del paradero de los vaporetti, todos con terraza sobre el canal: como todo en Venecia, son lindísimos. Son memorables por todo menos la comida y el servicio; con Yarka lo disfrutamos  inmensamente por lo romántico.
En la Escala de Jaeckel (categoría A: No Debí Haber Ido; B: Fui y No Pasó Nada; C: Podría Volver;  y D: Uno de Mis Favoritos) califico a Venecia con D - (menos) :  D porque es emocionantemente bella y diferente, y – (menos), por la rudeza de los nativos: no parecen italianos.
A la mañana siguiente fuimos al puerto a embarcar en el Nieuw Amsterdam, el barco más nuevo de Holland America Lines (HAL), que está navegando desde Julio del año pasado. Es el cuarto con ese nombre.  El primero empezó a navegar en 1906  con un juego completo de velas en adición a los motores a vapor. Pesaba 17,149 toneladas y tenía una capacidad para 2,886 pasajeros, 2,200 de ellos en tercera clase. Este  pesa 86.000 toneladas  y lleva hasta 2,104 pasajeros.  Las cosas han cambiado.
En términos actuales el tamaño del Nieuw Amsterdam  es difícil de definir: con el Eurodam, su barco hermano, son los más grandes de la flota de HAL, de manera que es grande entre los barcos medianos característicos de esa flota,  y por otro lado es pequeño entre los barcos grandes que hoy llegan a 3000 y en dos casos a 6000 pasajeros.
El proceso de embarque en Venecia fue un lento y desordenado desastre, pero  una vez a bordo la cosa cambió: el Nieuw Amsterdam es muy lindo y muy sobrio, discreto y elegante. Lo definiría como Neo Art Deco, con colores pastel, pero oscuros con predilección por el morado de HAL. Por doquier hay referecias a Nueva York en la primera mitad del Siglo XX. Los corredores de los pisos de camarotes son galerías de fotos no noticiosas del archivo del New York Times. La decoración la complementan objetos muy caprichosos y muchas veces graciosos que hay que ver para apreciarlos. Dicen que en solo arte invirtieron 3 millones de dólares. Y tiene una cosa estupenda y eminentemente práctica: la piscina principal tiene un techo corredizo que la hace utilizable en cualquier condición climática
Todo en el Nieuw Amsterdam es de impecable gusto, al nivel de los barcos de Crystal o los "yates" de Seabourn, con dos excepciones: las maquinas tragamonedas del Casino que hoy en dia tambien tragan billetes y tarjetas de crédito,  y la grabación de trinos de pajaritos que suenan en el comedor a la hora del desayuno. Vale anotar que en days at sea  (los días en que el barco no hace escala) el Casino está abierto las 24 horas para poder atender cualquier necesidad urgente que se pueda presentar.
 Teniendo en cuenta todo lo dicho, me sorprendió que las camarotes  son más pequeños de lo que hubiera sido de esperar, y que tienen poco espacio para guardar ropa y cosas.
 Pero nosotros tuvimos mucha suerte: como compramos nuestros pasajes a último momento solo conseguimos Spa Cabins, la categoría más cara por quedar en el piso mas alto y muy cerca al Spa. Yo no soy aficionado a los Spas con sus masajes y "tratamientos" porque no me gusta que me golpeen, amasen y estrujen, y cuando se trata de caricias, las únicas que acepto son las de Yarka, mi hija Elisabeth y mis nietos.
SPA cabins ya no tenían con balcón; solo quedaba una de las 4 con ocean view, un eufemismo que significa "con ventana pero sin balcón". Esto resulto ser un golpe de suerte. Esos 4 camarotes son un accidente arquitectónico y no son uniformes con los demás: son los únicos al frente del barco y tienen exactamente la misma vista que tiene el capitán desde el puente de mando, solo que mejor  porque quedan dos pisos por encima de este. Ademas son mucho mas grandes que las camarotes normales. Son del tamaño de una habitación grande de hotel, un raro lujo en el mar.
La tripulación de servicio (meseros y camareros) del Nieuw Amsterdam la conforman principalmente indonesios que son la gente más risueña del mundo: es prácticamente imposible borrarles la sonrisa de la cara. Lo extraordinario es que esa sonrisa es totalmente sincera: están diciendo "Por favor pídame algo más que quiero seguir atendiéndolo!"  La tripulación operativa es filipina. Los filipinos y los demas  tripulantes asiaticos son igualmente amables. Los supervisores, en su gran mayoría son caucásicos y, con algunas excepciones, tienen el discreto encanto de un auditor de la DIAN haciendo una visita sorpresa.
Lo más destacado del Nieuw Amsterdam  es la comida. Aparte del Manhattan Dining Room que es el comedor principal de manteles y del restaurante Lido de buffet del piso de las piscinas, ambos excelentes y sobria y elegantemente decorados, hay varias opciones adicionales: Pinnacle , un restaurante excepcionalmente bueno en cualquier parte del mundo al cual  Le Cirque, el famoso restaurante de Sirio Maccioni, ha autorizado para preparar su carta; Tamarind , pan asiático, con preparaciones deliciosas que yo no me hubiera imaginado; Canaletto ,italiano, mas bien rutinario; y el Terrace Grill y Slice, informales y al aire libre.
Es tan importante la gastronomía que el barco tiene un Culinary Arts Center, un auditorio con cocina de última tecnología para hacer demostraciones que tienen lugar en hasta 4 sesiones al día, y que uno de los muy pocos canales de televisión disponible en los camarotes está dedicado exclusivamente a películas que tienen que ver con la cocina: Como agua para Chocolate, Who Is Killing the Great Chefs of Europe?,  Julie y Julia,  y No Reservations, entre otras.
Y esto me lleva a comentar el punto débil del Nieuw Amsterdam, el entretenimiento:  es rutinario, hasta deficiente. Aunque tienen un teatro grande, bonito y un escenario con los más sofisticados recursos técnicos (luces, sonido y hasta una tornamesa y siete elevadores) rara vez los usan. Casi todos los shows son de un mago, o un cantante, un pianista o dos bailarines. En los 17 días del crucero solo lo aprovecharon  en tres oportunidades con espectáculos que requerían producción. En cambio en los days at sea los conferencistas sobre variados temas, juzgando por las pocas personas dormidas, resultaron muy interesantes.
En la Escala de Jaeckel el Nieuw Amsterdam recibe una C: en la ruta apropiada, podría volver.
En viajes por mar preferimos las travesías transoceánicas porque lo que más gozamos son los days at sea. En cuanto a paradas, pensamos que  5 o 8 horas son insuficientes para disfrutar – y menos conocer - algo distinto a una pequeña isla. Este fue un crucero de 17 días con 10 días de navegación y 7 en que hizo escala en algún puerto. Este fue el itinerario:
Al dia siguiente del zarpe paramos en Dubrovnik, uno de los puntos más interesantes de Croacia, país que por sus múltiples atractivos cada vez atrae más visitantes. Dubrovnik,,  como Venecia, fue desde fines del medioevo una república de ricos mercaderes dedicados al comercio de sedas y especies. Su ubicación en el estrecho mar Adriático hacía apenas lógico exigir un peaje, contribución o impuesto a toda carga que por ahí pasara rumbo a Venecia. Eso desde luego no era del agrado de los venecianos y obligo a los dubrovniquianos a rodear su ciudad de altas y gruesas murallas y a construir múltiples fortificaciones que hasta hoy subsisten.  
Esta linda,  pequeña y bien mantenida ciudad de angostas calles y construcciones de piedra tiene como principal atractivo el Stradun, una ancha vía  de piedra tan blanca que irradia brillantez. Esta tan pulida que, cuan espejo, refleja todo lo que pasa por encima: una dama de falda que olvidara sus cucos causaría una verdadera conmoción. Pero hay muchos más: la Iglesia de San Basilio; más iglesias; el Monasterio de los Franciscanos que entre templos, bibliotecas y demás, tiene una farmacia que viene funcionando continuamente desde 1317 (si, mil trecientos diecisiete); más conventos; el Palacio del Rector (el equivalente al Dogo Veneciano); el Palacio de Sponza…. en fin, todo esto sin salir del recinto amurallado atiborrado de pasajeros de los cuatro o más barcos que lo visitan diariamente.
A  partir de las 4:30 p.m., cuando estos zarpan, Dubrovnik se torna en tranquilo y muy romántico. Los buenos restaurantes abundan. De nuestra anterior visita recuerdo en especial  por s u buena comida Protos, sobre el Stradum, y Náutica, con su terraza que da vista a las murallas, las fortificaciones y el mar.
Nuestras horas en tierra las dedicamos a calles, plazas, palacios  y templos del centro histórico. Algo de lo que queda por fuera - y es mucho – lo conocimos anteriormente y esperamos tener la oportunidad de volver. Dubrovnick es como una Venecia chiquita, pero totalmente diferente. En la Escala de Jaeckel la califico  con una D +: es un sitio al que se puede volver , volver y volver.
La mañana siguiente amanecimos en Corfú (Kerkyra en griego) una pequeña isla  montañosa en el Mar Jónico, frente a la costa de Albania. Kerkira es el sitio al que Poseidon , dios del Mar, siguiendo una costumbre muy arraigada entre los dioses, llevaba las ninfas que raptada . También figura como  "la Isla de los Fenicios" en la Odisea de Homero. Desde entonces ha sido dominada por cuanto invasor llegaba a la región  hasta que en 1864 fue devuelta por los ingleses a Grecia. Hoy la invaden los turistas. De todas estas invasiones quedan múltiples formidables fortificaciones, y un ambiente con elementos italianos,  franceses,  británicos, McDonald's y KFCs.
Hace ya varios años Yarka y yo paseamos en carro por  toda la isla lo que no es mucho: 85 y18 kilómetros de extremo a extremo. Lo que más nos llamó la atención fueron las monumentales  fortificaciones  y  el precioso Palacio de Verano construido por Sissy, Emperatiz de Austria (1837-1898). Esta vez optamos por aprovechar nuestras pocas horas en puerto en la Esplanada, un legado muy british, a cuyo alrededor aún hoy  gira la vida de la pequeña ciudad de alrededor de 100.000 habitantes. Por un lado tiene el mar, uno de los enormes fuertes y un palacio; del otro está la ciudad con sus cortas y estrechas callejuelas: todo muy mediterráneo y pintoresco. Si uno camina hacia occidente, a los pocos minutos encuentra mar y otro fuerte, aun mayor, el Fuerte de los Venecianos.
No nos pareció que los locales estuvieran afectados por la crisis griega: consideran que el problema es del bloque del Euro, y que si se extiende a Italia, del mundo entero. ¿Para qué  preocuparse ellos?
En la Escala de Jaeckel califico a Corfú  con C – (menos): podría volver, pero ahí cerca, en el Mar Mediterráneo, pero sobre todo Grecia, hay cosas mucho más interesante que ver.
Nuestra tercera escala debió ser Taormina, una pequeña ciudad siciliana de 10.000 habitantes construida por los griegos con todo lo que corresponde, inclusive un inmenso teatro que aun hoy se usa. Está en acantilados (sí, en acantilados, no sobre acantilados) entre el mar y el volcán Etna. Por  su abrupta geografía Taormina es ciertamente la ciudad más linda de Sicilia, una isla que para sorpresa de muchos es hermosa, alegre y llena de atractivos arqueológicos, culturales y vacacionales que la hacen un agradable destino turístico. No, Sicilia no es como la vimos en El Padrino.
Pero decía que debimos haber hecho escala en Taormina , No se pudo porque ese día había una carrera de motocicletas y cerraron todas las calles. En cambio hicimos escala en Messina, una ciudad completamente libre de atractivos: su único mérito es ser el punto más cercano a la punta de la Bota Italiana, y por lo tanto el puerto de los ferrys que une la isla con tierra firme a 3 o 4 kilómetros de distancia. En la Escala de Jaeckel califico a Messina con una A: literalmente, no debimos haber ido. Pero a Taormina y a Sicilia les doy una rotunda D: un lugar espectacular en una de mis islas favoritas.
La próxima parada fue Civitavecchia, un ancladero que los operadores de crucero engañosamente llaman Roma. De hecho Civitavecchia si sirve de puerto a Roma, pero  queda a dos horas de viaje, de manera que si en uno quiere visitar la Ciudad Santa el tiempo disponible  escasamente alcanza para ir al Vaticano, dar una rápida vuelta por la Plaza de San Pedro y volver al barco, sin siquiera haber pisado el Museo Vaticano que solito fácilmente ocupa un día. Ni el resto de la ciudad, vitrina de 2500 años de historia. Obviamente Yarka y yo nos limitamos a Civitavecchia que de por si no tiene mayor atractivo .En la Escala de Jaeckel, también  la califico con A: una ciudad portuaria más.
Luego de la supuesta Roma tuvimos dos agradables días de mar, para llegar a Cádiz, que engañosamente, aunque con menos énfasis, los operadores ofrecen como Sevilla, que también queda a dos horas en bus. Como Sevilla tiene tanto que ver merece varios días. Nosotros  la queremos conocer , y vamos a ir, pero en un viaje en carro por Andalucía, algo que desde hace mucho tiempo deseamos hacer. Cádiz en una bonita ciudad costera con mucha historia relacionada con el Nuevo Mundo. Algunos de sus atractivos del Siglo XX los recorrimos en un Hop On Hop Off Bus. La parte antigua hay que  caminarla. En la Escala de Jaeckel  califico  a Cádiz con B: es bonita, pero no es Sevilla y en España hay tanto que ver…
La última escala programada en esta travesía fue Funchal . En el camino se nos atravesó  un temporal que marcaba 12 en la Escala de Beaufort que mide la fuerza de los vientos. 12 es la marca más alta y traduce  ">118 Kilometros por Hora  =  Viento Huracanado"  y se define como "Olas excepcionalmente grandes, mar blanca, visibilidad nula".  ¿Cómo es flotar al borde de un de un huracán?  Mucho menos grave de lo que suena: Sí, el barco se columpia con las olas  y es difícil bailar, pero es posible seguir con la mayor parte de las actividades. Que yo sepa solo se cayeron las botellas en un bar. En cambio a la hora de dormir es rico: al acostarse uno se siente mecido en una cuna.
Obviamente el capitán Mercer decidió esquivar el huracán.  En vez de amanecer en Funchal llegamos al final de la tarde,  fondeamos a la entrada de la  bahía, llevaron a tierra en lanchas  a "dos emergencias médicas" (pacientes que resulta prudente tratar en un hospital en tierra), subieron unos músicos que más adelante harían dos show, y al cabo de una hora  continuamos viaje.                                                                                                                                     
Funchal  (100.000 habitantes) es la  muy pintoresca y muy portuguesa capital de Madeira (250.000 habitantes), la abrupta isla volcánica famosa por sus vinos fortificados. Por su tamaño es una parada que se puede conocer en un día aunque por su clima muchos europeos van de vacaciones  en todas las épocas del año. Por experiencias anteriores la califico a Funchal con B +: es un buen sitio para desconectarse pero muy distinto a una playa en un "Paraíso Tropical".¿but why?
En Funchal iniciamos el último trayecto  de la travesía: siete días ininterrumpidos de mar que son precisamente la razón por la cual optamos por este crucero.  En esos días pudimos disfrutar plenamente del barco: sus lindos salones, las piscinas, el gimnasio, los múltiples jacuzzis, las conferencias, las demostraciones de cocina, la pequeña, bien surtida y muy cómoda biblioteca y sobre todo de todos los restaurantes y su sobresaliente cocina.
Afortunadamente en Cádiz  abordaron  provisiones suficientes para llegar hasta Fort Lauderdale  de manera que en ningún momento falto algo excepto por Sangre de Toro de las Bodegas Torres, un vino tinto de Penedes (Garnacha y Cariñena)  que siempre nos ha gustado. Dos  días después de Funchal compramos el saldo de 4 botellas que aún quedaban a bordo. Una vez agotado continuamos con un tempranillo de Rioja, el Tinto Reserva del Marqués de Riscal.
A Fort Lauderdale llegamos por itinerario y continuamos a Sarasota a visitar a  uno de mis compañeros de cuarto en Princeton,  pero como esta crónica ya hace varios párrafos excedió las 3000 palabras y se puede haber convertido en un ladrillo, eso será materia de otra nota que si será breve.
Si has llegado hasta aquí, mil gracias por la paciencia,

Juan Jorge Jaeckel

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