Date: Sat, 24 Jul 2010 22:39:52 -0500
Hola:
En correos anteriores he relatado las tres primeras etapas de nuestro reciente viaje. La ultima etapa fue Austria, país sobre el cual quiero dar mis impresiones aunque admito que no puedo ser totalmente objetivo ya que de ahí vienen mis raíces, las cuales, por herencia, de alguna manera han moldeado mis gustos.
En Austria hay dos palabras que se oyen por doquier y que reflejan el estilo de vida de los austriacos: Genuss y Gemütlich que traducen algo así como goce o disfrute y cordialmente cómodo o acogedor. Gozando cómodamente es imposible mantener un alto nivel de stress. Por eso papá decía que mientras que otros puede ver una situación como grave pero no desesperada, un autentico vienés sabe que una situación, por mas desesperada que sea, no es grave.
Por gemütlich y por genuss un paseo que calculamos en tres semanas se nos convirtió en cinco..... y pudieron haber sido muchas mas si no hubiéramos tenido urgencia de regresar a Bogotá para asistir al lonche para celebrar los 3 años de nuestro nieto Isaac.
Arrancamos en Viena, ciudad que conocíamos de viajes anteriores, y según la factura de Hertz, recorrimos 3.312 kilómetros en un país que tiene un área de apenas 84.000 kilómetros cuadrados, un poco mas que Antioquia pero menos que el departamento del Meta.
Que hay que ver en Viena? Mucho, pero toda esa información esta en libros de mesa, guías de viaje y websites. Tampoco voy a describir otras ciudades que son varias, todas totalmente diferentes entre sí y con un carácter muy propio. Linz no se parece en nada a Graz que nada tiene que ver con Innsbruck y mucho menos con Salzburgo. Todas ellas, aunque son pequeñas (entre 115 y 225 mil habitantes) son ciudades muy completas con un interesante centro histórico, teatro de opera, museos, parques, palacios, castillos, un eficaz sistema de transporte publico y (muy importante!) excelentes pastelerías. Información sobre cada ciudad también es abundante y además me volvería interminable si tratara de describirlas.
Tampoco voy hablar de los cientos de pueblitos, todos pintorescos, pero cada uno con algo propio que lo hace distinto, aun arquitectónicamente, de su vecino mas cercano. Mas adelante si hablaré de los restaurantes y los hoteles austriacos que mas nos gustaron.
Es lugar común decir que Austria es muy lindo y que tiene espectaculares paisajes lo cual es absolutamente cierto. Me voy a limitar a comentar, de lo mucho que vimos, lo que mas disfrutamos..... y no todo porque eso sería demasiado!
En primer lugar quiero mencionar a Wachau, a una hora de Viena. Es un valle del rio Danubio que hay que conocer por varias razones: es increíblemente lindo; esta lleno de pintorescos pueblos medioevales, algunos, como Dürstein, completamente preservados; los impresionantes monasterios de Melk y Krems, también medioevales, con sus gigantescos templos y bibliotecas con miles de incunables; los cultivos de uva y albaricoque y las vinerías que producen ante todo Grüner Vetliner, el vino varietal emblemático de Austria.
Otros paisajes inolvidables son los del paso del Grossglockner (la montaña mas elevada de Austria), una carretera alpina que une a Salzburgo y el centro de Austria con la provincia de Carintia e Italia. Hoy en día el trafico comercial tiene muchas maneras mas fáciles de cruzar los Alpes, pero esta sigue siendo la carretera mas famosa del país, aunque opera mas como parque temático. Me explico: tiene tarifa de entrada: solo funciona desde mayo hasta octubre (fechas dependen de las nevadas) y abre por la mañana y cierra por la noche.
La Carretera del Grossglockner que solo tiene 48 kilómetros de largo, sube a 2500 metros y pasa por toda clase de parajes, incluyendo la montaña que le da el nombre, el Hochtor que es un paso alpino que se viene usando desde 1000 años antes de Cristo, el Pasterse, uno de los mayores glaciares de Europa, múltiples miradores y 14 restaurantes, casi todos de los que llaman Gasthof que son mesones generalmente rústicos, pintorescos, con sustanciosa comida, buen vino y buena cerveza.
La carretera no es fácil de manejar: en puntos es bastante estrecha, tiene una infinidad de curvas muy cerradas, pero - para sorpresa nuestra como bogotanos - no tiene un solo hueco. El único peligro es que a quien vaya manejando lo distraiga el paisaje. Para Yarka y para mi la grossglockner hochalpenstrasse es una de las carreteras mas espectaculares de Europa, en una misma categoría con los Picos de Europa en la Cordillera Cantábrica.
Si abres el link, el primer video casero da una idea de lo que es la carretera, pero a la musiquita hay que bajarle el volumen porque rápidamente se vuelve insoportable!
Una advertencia: antes de salir al Grossglockner verifica el informe meteorológico mas reciente: si está lloviendo, nevando o hay mucha niebla, deja el paseo para otro día porque de lo que se trata es de ver. Sé de gente que ha ido tres veces y no ha visto casi nada. Y lo de la nieve es en serio: aunque fuimos a finales de mayo encontramos un deslizamiento de nieve que nos bloqueo el paso por cerca de media hora. Los días anteriores la carretera había estado cerrada por causa de fuertes nevadas.
Tengo que admitir de entrada que tengo predilección por la comida austriaca porque mi abuela era una buena cocinera y me habituó a empezar con Rindsuppe mit Leber Knödl (sopa de res con albondigas de higado), continuar con Wiener Schnitzel (milanesa acompañada frecuentemente con ensalada de papa), Gulasch (estofado de carne), o Selchfleisch (carne ahumada) con Sauerkraut (repollo agrio) y terminar con Apfelstrudel (pastel de hojaldre con manzana) o Sachertorte (torta de chocolate con mermelada de albaricoque) cubiertos con grandes cucharadas de Schlag (crema de leche batida).
Pero que es la comida austriaca? Cada región tiene uno que otro plato favorito, pero como tal, la cocina austriaca es un aglomerado de recetas de todos los rincones de lo que fue el Imperio Austrohúngaro: versiones libres de platos checos y húngaros principalmente, con algunos toques bávaros, judíos y hasta italianos. El resultado es una fusión no muy sofisticada pero si muy sabrosa. Genuss!
Como todo gourmand tan pronto llega a algun sitio quiere probar lo que los nativos comen, y Viena es la entrada a Austria, voy a recomendar dos zonas gastronómicas típicamente austriacas que además de buenas son bien divertidas:
La primera zona – y esta nadie se la debe perder – es Grinzing, que es una especie de Usaquén. Originalmente fue un pueblito con viñedos y vinerías pero con el tiempo se incorporó a Viena. Hoy es un barrio residencial de estrato alto que colinda con los Bosques de Viena (los de los cuentos del vals) pero su centro mantiene todo el estilo de la antigua aldea vinícola y está lleno de restaurantes. Su fama se debe al vino joven local al que se debe el nombre con que se identifican los restaurantes, Heuriger (en singular), que traduce "de este año" y proviene de que en 1784 el Emperador José II autorizó a los vidicultores de esta zona para que vendieran en sus casas y sin licencia, comida y vino siempre y cuando este tuviera menos de 300 días.
Hay Heurigen (en plural) grandes y pequeños: los mas tradicionales indican que están abiertos colgando un palo con ramas de abeto en la entrada. Pueden ser elegantes o modestos; con jardines y viñedos o en antiguos caserones: con mesas de manteles o con largos tablones; los platos que sirven son los del país y muchos (y estos me gustan especialmente) tienen buffets tipo "delikatessen" con variadísimos quesos, salsamentaria y ensaladas; los que no son pequeñitos tienen música de acordeón, o de violín, o de vientos o de todos los anteriores.
El nombre Heuriger se volvió genérico para este tipo de establecimiento y uno encuentra Heurigen en toda Austria. Pero los primeros, los originales, son los de Grinzing. No voy a recomendar alguno en especial: en el solo centro de Grinzing hay como 30. Aunque Yarka y yo solo hemos estado en unos cuantos no hemos encontrado uno en que no nos hayamos comido y bebido muy bien y no nos hayamos divertido en grande. Todos son gemütlich y lo que ofrecen es genuss.
Una recomendación: en un heuriger pide el vino blanco (en Austria todos los blancos son buenos!) y en jarro y pruébalo también como gespritzter, una mezcla mitad vino mitad soda, muy agradable para tenidas largas. Y otra recomendación: la mejor forma de ir a Grinzing es tomar la línea de tranvía #38 hasta el final que te deja en el centro del pueblo y rodeado de heurigen. Y en noche del viernes o del sábado, regresa en el ultimo tranvía que es tan divertido como un paseo en chiva. Pero ojo, si te deja lo cosa se complica: en Viena los taxis son carísimos.
En pleno centro de Viena, entre museos, teatros, salas de concierto, iglesias y a pocas cuadras del Palacio Imperial arranca el Naschmarkt (traduce a algo asi como "el mercado del picoteo"), un tradicional mercado callejero de mas de un kilómetro de largo que en el Siglo XVIII fue de leche, pero en el que hoy en día se consigue cualquier ingrediente comible o bebible que a uno se le pueda ocurrir, amen de infinidad de restaurantes de cocina local, de otras etnias y uno que otro puesto de chucherías. Al Naschmarkt hay que ir con tiempo y con buen apetito para recorrerlo picando. Inclusive algunos puestos dan muestras gratis. Pero hay que ir temprano porque empieza a cerrar a eso de las seis de la tarde (los domingos no abre). Muchos de los restaurantes son buenísimos. Nosotros comimos una excelente parrillada de pescados en Nautilus que tiene al menos 40 mínimas mesas, casi todas en la calle.
En Viena y en todo Austria café no es tan solo una bebida, es un lugar que forma parte de vida diaria. Ante todo debe ser gemütlich. En solo Viena hay mas de 1100, algunos de los cuales tienen un siglo y mas de tradición. Dos cosas los caracterizan: uno, tienen un largo menú con múltiples preparaciones de café; y dos, la gente va a quedarse: son buenos sitios para hacer largas tertulias y por si vas solo tienen perchas con periódicos para que leas pausadamente. Lo primero que te lleva el mesero es un vaso de agua del grifo (el agua del acueducto de Viena es deliciosa), y te lo llena cuantas veces sea necesario para que sepas que no hay afán de que te vayas. Como la gente se puede quedar horas enteras, para genuss tienen un buen surtido de bizcochos y también ofrecen uno que otro plato de sal. Por eso mucha literatura y música austriaca se escribió en cafés.
Dentro de los cafés hay un subgénero que se llama Konditorei, que son las famosas pastelerías. Algunas que vienen de tiempos imperiales como Demel y Sacher, son conocidas en el mundo entero, pero todas, casi sin excepción, son excelentes. Demel , (Kholmarkt 14, http://www.demel.at/index_flash.htm ) convenientemente ubicado a media cuadra del Palacio Imperial, hay que explorarlo todo empezando por la vitrina, pasando por los diferentes salones hasta la cocina, sin dejar de probar unas cuantas cositas. Es una muestra espectacular de lujo rococó (ver fotos en el link). También hay que comer una Sacher-Torte en el Café Konditorei del Hotel Sacher, (detrás del Teatro de la Opera, http://www.sacher.com/en-cafe-vienna.htm ): es la torta de chocolate mas famosa del mundo y esta es la original (ver video en el link). Sería pecado ir a Viena y no mecatear con gran estilo en una Konditorie.
Pero igual, en cualquier parte de Austria se puede mecatear. Por ejemplo, en Bad Ischl, el pequeño centro de spas en que el Emperador Francisco José pasaba sus veranos, encontramos una Kondotorei que nos pareció extraordinaria. Se llama Café Konditorei Zauner( http://www.zauner.at/rtc-zauner/115?sL=EN ) Alla comí una gruesa tajada de Kuglhopft (una especie de ponqué que mi abuela hacía con gran destreza para celebrar glotonamente mis cumpleaños) y tomé un Café mit Schlag (café con una generosa capa de crema batida desbordando la tasa): total 1200 calorias! Pero valió la pena.
Esta crónica ya paso las 2000 palabras de manera que creo que es tiempo de cortar. Me falta aún reportar sobre lo que mas nos gusto en materia de restaurantes, hoteles y espectáculos pero esto, que no es poco, lo haré en una próxima crónica.
Entre tanto recibe un abrazo,
Juan Jorge Jaeckel
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