Date: Wed, 28 Jul 2010 01:27:09 -0500
Hola :
Continúo con mis reminiscencias de lo que mas nos gusto en Austria porque quiero recomendar algunos restaurantes que creo que puedes disfrutar. Me voy a limitar a mencionar solo algunos de los restaurantes que mas nos llamaron la atención.
En Salzburgo el restaurante que mas nos gustó está en el aeropuerto...... si, en el aeropuerto! Esto puede sonar a chiste o a sarcasmo pero es cierto: la comida es extraordinaria, el servicio es impecable y el local ciertamente es espectacular. Para mí es el restaurante mas memorable del país. Queda en el Hangar 7 del Aereopuerto W.A.Mozart (que otro nombre podía tener el aeropuerto de Salzburgo?) que no es cualquier hangar; es el hangar en que Deitrich Mateschitz mantiene la colección de aeronaves y carros y motocicletas de carreras con que promociona su marca.
Mateschitz es el genio de mercadeo que mientras promocionaba crema dental en el sureste asiático descubrió las bebidas energizantes, compró en Tailandia la mitad de Krating Daeng que traduce "Toro Rojo" y a principios de los años 90's la empezó vender por el mundo entero como Red Bull acumulando una fortuna personal que según Forbes sobrepasa los 4 billones de dólares. Yo pasé por el sureste asiático en la misma época y también tomé Krating Daeng pero no se me ocurrió nada.
El Hangar 7, que tiene 3600 metros cuadrados de superficie, está totalmente construido en vidrio y acero. Además de exhibir los fierros de Red Bull tiene salas de reuniones para que la compañía, cuya sede mundial está en Salzburgo, haga reuniones, y un café, dos bares y un restaurante abiertos al publico.
Pero estoy divagando: como una imagen vale 1000 palabras es mejor que lo veas. Aquí esta el website: http://www.hangar-7.com/#en/homepage/. Sugiero que lo abras: te dará una idea del hangar. Luego pincha Ikarus que es el nombre del restaurante.
Ikarus es distinto a cualquiera restaurante que yo haya conocido. Para empezar, mensualmente no solo cambia la carta sino el cocinero. Cada mes invita un chef diferente a que prepare uno o dos menús degustación que serán las únicas opción que ofrece en ese mes. Pero no son chefs cualquieras. La programación del un año es como un "Quien es Quien" de la cocina mundial. Este mes el chef invitado son dos: Joan y Jordi Roca, de El Celler de Can Roca, un restaurante con 3 estrellas de Michelin en Gerona, Cataluña, clasificado por S. Pellegrino como el cuarto mejor del mundo.
Ikarus es amplio, sobrio y muy contemporáneo: esta suspendido encima de los aviones y con vista totalmente abierta; al fin y al cabo el hangar es de vidrio. El servicio es impresionantemente elaborado. Casi siempre involucra tres personas. Por ejemplo: un mesero trae la botella de vino escogida, otro trae la garrafa, el sommelier abre la botella, prueba el vino, los meseros lo transvasan, el sommelier, lo da a probar al comensal y sirve la primera copa. Igual sirven la comida. En cada paso un mesero trae el plato para Yarka y otro trae el plato para mí. El maitre los explica. Los meseros los ponen en la mesa. El maitre los destapa; pero todo mesero puede contestar cualquier pregunta sobre cualquier plato y su preparación. Al final pasan un carro de quesos impresionante, no solo por la variedad de quesos que contiene sino por la tecnología: aparece cerrado y mientras lo van arrimando se arma solo. Igual el de postres. Hay que verlos porque son una maravilla tecnológica que me declaro incapaz de describir.
Desde luego que Ikarus no es barato, pero considerando todo lo que ofrece esta combinación de arquitectura de vanguardia y gastronomía de punta, y la inolvidable experiencia que uno se lleva, la relación costo/beneficio es plenamente satisfactoria. Yo me sentía como un niño que descubre un circo gastronómico de tres pistas! Pero ten en cuenta que a pesar de lo espacioso y famoso Ikarus tan solo tiene 10 mesas. Eso hace imperativo reservar con la mayor antelación posible.
Ikarus no es el único restaurante de Deitrich Mateschitz en Salzburgo. En la antiquísima calle peatonal que sirve de eje a los turistas que pasean por la Ciudad Vieja y conservando intacto su exterior barroco, refaccionó el interior de un edificio para volverlo la sede del restaurante Carpe Diem. "Carpe diem" es un latinajo que significa algo así como "aprovecha el día" o, mas filosóficamente, "si no es ahora, cuando?", y no coincidencialmente es también la marca de otro tipo de bebidas (aguas saborisadas) que Mateschitz descubrió en el sureste asiático y que ahora esta lanzando al mundo.
Carpe Diem, Finest Fingerfood (Getreidegasse 50, http://www.carpediemfinestfingerfood.com/index2.php?lang=en ) es un restaurante con cinco ambientes diferentes: café, restaurante, bar, lounge y terraza, todos muy gemütlich y muy contemporáneos, pero lo que lo hace notable es lo que ofrecen: una gran variedad de diferentes preparaciones muy ingeniosas con todo tipo de ingredientes, servidas en pequeños platos o en conos que pueden ser de papa, de arroz, de calabaza o de que se yo. La idea es que no escojas lo uno o lo otro sino que pidas lo uno y lo otro. En el restaurante del segundo piso ofrecen una carta "tradicional"que ofrecen, según el apetito que uno tenga en 3,4, 5 o 6 pasos. Vale la pena mirar el menú que es estacional, en el website. Yo encuentro dos palabras para describirlo: imaginativo y esotérico. Los precios, para Austria, son razonable.
En Linz cenamos en lo que es posiblemente el sitio mas grande en que haya comido, excepción hecha de perros calientes en un estadio. Oficialmente tiene cupo para 1918 comensales sentados, pero en un afán pueden acomodar muchos mas. Queda en todo el centro de Linz, sobre la calle principal y ocupa predios que fueron por muchos siglos y hasta el Siglo XIX un gran convento. Con el tiempo pasó a ser un inmenso Gasthof con seis comedores diferentes y el monástico patio se convirtió en un inmenso jardín de cerveza con cupo para 1500 bebedores. Se llama Steiglbräu am Klosterhof ( Landstrasse 30, http://www.klosterhof-linz.at/kloho/index.html ) o para abreviar Klosterhof a secas. Quien lo maneja es Johann Dobersberger, cuya familia ha sido la dueña del Klosterhof desde los años 20's. El también es el Chancelier de la Chaine des Rotisseurs en Linz. Johann nos ayudo a leer la carta que tiene al menos cien opciones diferentes y pidió para nosotros un plato que resulto ser como una Bandeja Paisa: un muestrario de todo lo que en la región se come; un plato sano y abundante como para eclesiásticos, como corresponde en un convento. Para bajarlo nos dio a probar varios vinos tintos diferentes pero de la misma cepa, Blaufränkisch, que el nos aseguro que casi siempre salen buenos. Nosotros, durante el resto del viaje le hicimos caso, y creemos que tiene razón.
Klosterhof es uno de los restaurante mas populares de Linz y lo recomiendan casi todas las guías turísticas. El servicio es alegre y cordial, como corresponde a un gasthof y los precios son bajos. Excepto algunos platos de carne o pescado, los demás están por debajo de 10 euros. Hoy en Europa eso es muy raro. Si te identificas como miembro de la Chaine des Rotisseurs te reciben con honores.
En Innsbruck nos gustaron especialmente dos sitios que están literalmente unidos: el restaurante - terraza Lichtblick y el bar de vinos 360 grad (360 grados que se refieren a la vista sobre la ciudad desde la terraza que lo rodea). Quedan en la azotea del Rathaus (alcaldía) ( Maria-Theresienstrasse 18, Piso 7, http://www.restaurant-lichtblick.at/) y conforman un excelente plan para la noche. El Rathaus es un muy moderno edificio cuya planta baja es un laberíntico centro comercial; los piso 2 a 7 los ocupa la Alcaldía y el Concejo de Innsbruck, y en la azotea están el wine bar y el restaurante. Quedan en pleno centro de la ciudad vieja. Su existencia se explica porque el antiguo Rathaus fue destruido durante la Segunda Guerra Mundial.
El plan, muy romántico por cierto, es llegar al wine bar media hora antes del atardecer, catar un Grüner Veltliener, un Pinot Grigio, y un Riesling viendo la puesta del sol - la vista de 360 grados sobre la pequeña ciudad y el valle que conforma la región es espléndida - y luego cenar en la terraza de Lichtblick, que es un restaurante muy contemporáneo con una corta pero sabrosa carta que combina la nueva cocina austriaca (platos tradicionales en porciones mas pequeñas y presentación "light") con fuertes toques mediterráneos. Después del postre, un pousse café.... y garantizo que la noche continuara muy romántica por mucho rato. A Yarka y a mi nos consta.
Y ahora me viene a la memoria otro restaurante, un poco remoto, igualmente romántico pero diametralmente opuesto a Lichtblick. Se trata del Gütle Traditionsgasthof, (http://www.guetle-gasthof.at/) un restaurante que data de 1864 cuando fue construido para servir a una inmensa planta textil que se construyó en el Bregenzerwald, un bosque montañoso, cerca de Dornbirn (una pequeña ciudad cerca de las fronteras de Austria con Suiza, Alemania y Lichtenstein), para aprovechar la corriente de un pequeño río. La planta textil cerró hace mas de 30 años y parte de ella alberga actualmente el Rolls Royce Museum (http://www.rolls-royce-museum.at/) que exhibe cerca de 80 carros de esa marca, la mayor colección de su clase en el mundo.
El gasthof Gütle tiene varios ambientes pero hay uno que por romántico recomendamos, el Kaiserstube (la sala del emperador). Se llama así porque es el comedor en que almorzó Francisco José el 10 de agosto de 1881 cuando fue a inaugurar el primer servicio telefónico en el Imperio Austrohúngaro, entre la Textilera Gütle y laoficina principal de la compañía en Dornbirn. El comedor que solo tiene 5 mesas, es rustico pero bastante lujoso, con mucha madera tallada, mucho ambiente y hasta la botella de champaña con que brindo el emperador y esta auténticamente preservado y restaurado. Es como un salto al pasado.
Yo pedí dos platos muy tradicionales: Rinderkraftsuppe (caldo de carne de res) y Tafelspitz (cocido de carne en tajadas, servido con una salsa de rábanos). El mesero me informó que eso mismo pidió el Emperador, pero que no habíamos coincidido en los acompañamientos. Para probarlo me mostró una publicación de la época. Cenar con Yarka en la Sala del Emperador los platos que escogió Francisco José..... mas romántico, imposible.
En Viena las opciones de restaurantes son múltiples pero para mí, como decía en mi e-mail anterior, lo mandatorio es ir a un – o mejor 2 o 3 – Heuriger en Grinzing. Pero desde luego que hay mucho mas. En el centro, entre los restaurantes que conocimos, hay dos que nos parecieron extraordinarios: el primero es el Korso an der Oper, (en el Hotel Bristol, al otro lado de la calle del Teatro de la Opera, http://www.restaurantkorso.at/#en/home/). Es peculiarmente lindo, muy bueno, bien servido y caro.
Pero vamos por partes: Korso es el restaurante del Bristol, un hotel Grand Dame inaugurado en 1892. Como tal, el local conserva su arquitectura original, algo rococó si se quiere, pero el amoblamiento es completamente contemporáneo. El contraste entre paredes y techos por un lado y mesas y sillas por otro, es grande – casi violento – pero funciona muy bien. Yo diría que es impactante.
La cocina del Korso es austriaca contemporánea en su versión mas amplia, es decir una fusión de platos de todos los rincones de lo que fue el gran imperio. Pero lo que importa no es el nombre que se le de, sino los resultados y estos son mas que satisfactorios. Como decimos en Bogotá, "se come muy rico!" El servicio es excelente, como corresponde a un restaurante de esta categoría, y es muy pausado. Pero lo pausado del servicio es característico de todos los restaurantes de Gama Alta a que fuimos. Al principio lo llamábamos lento, pero nos pusimos a analizar: como los austriacos tienden a no ser estresados, un buen restaurante es gemütlich y comer debe ser un genuss, no hay para que estar de afán; hay que tener tiempo para disfrutar el restaurante, y entre mas, mejor. Suena lógico, verdad?
Korso no es barato. Lo que es mas, es muy caro especialmente si uno pide de la carta. Sin embargo hay una salida razonables, el Menú del Día que inclusive da algunas opciones para escoger. Al almuerzo dos pasos valen 23.50 euros, y uno adicional va de 12.50 a 14.50 euros mas. Adicional es el cubierto de 3.50: no está mal. El menú de la noche ofrece opciones de 3, 4 o 5 pasos por 56, 64 o 75 euros mas 5 euros de cubierto, que se resiste.
El segundo restaurante que quiero recomendar en Viena es muy curioso: se llama Steirereck (http://steirereck.at/index_e.php) y es campestre aunque queda en el punto mas céntrico de la ciudad; queda sobre el río en medio del Stadpark, el gran parque central. Por diferente, Steierereck es primero en la gama mas alta de restaurantes en Viena: esta en una muy elegante casa campestre construida como si realmente estuviera en el campo (de hecho el parque lo es) y muchos vieneses lo consideran el mejor restaurante de la ciudad. Pero también es extraordinario en otros sentidos: tiene una cava con 35.000 botellas, ofrece 150 tipos de quesos diferentes, tiene sus propias granjas y al pie del restaurante tienen una meierei (que traduce algo así como "lechería" y es un restaurante informal a base de platos ligeros y productos lácteos). En la lista de S. Pellegrino de los mejores restaurantes del mundo (http://www.theworlds50best.com/awards/1-50-winners ) ocupa el puesto 21.
Es mucho lo que se puede decir de un restaurante tan especial como Steierereck, pero ya hace rato pase las 2000 palabras (que a mi modo de ver es el limite entre una nota y un ladrillo) de manera que aquí corto. Aún me queda en el tintero lo relacionado con hoteles y con espectáculos. Será en unos días.
Un abrazo,
Juan Jorge Jaeckel
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