Saturday, August 13, 2011

Bukara no viene de Bucaramanga


Date: Wed, 4 May 2011


Hola:

Gracias a Alvaro Sandoval, un amigo tan  gourmand como yo, con quien nos reunimos periódicamente para almorzar en un sitio interesante y/o raro que hayamos visto u oído mencionar, conocí ayer el restaurante Bukara (carrera 8-A # 98-31, local 02, teléfono 218-1731). Si no es porque Alvaro ya una vez había entrado a averiguar de que se trata y me lo había comentado,  yo,  por el nombre (¿una forma elegante de abreviar Bucaramanga?),  hubiera supuesto que la especialidad es mute, pepitoria y cabrito al horno, servido con arepa santandereana. Pero no, Bukara sirve platos de lo que fue el Imperio Austro-húngaro, con énfasis en los de Croacia.

Empecemos por el principio:

La dirección que di arriba es engañosa. Mejor describo su ubicación: Bukara queda, con 3  restaurantes mas, en el sótano de la Iglesia Parroquial de Santa Clara de Asís, que los mas viejos recordamos como la capilla de lo que fue hace 60 años el Seminario Menor de la Arquidiócesis de Bogotá. La entrada al restaurante es por el prado que queda entre la Iglesia y la parte de atrás del World Trade Center y no tiene acceso distinto que a pié, aunque si hay varios parqueaderos cercanos.

La cocina de Bukara esta a cargo de Helmut Grabenbauer, un chef de larga y lucida trayectoria que ha inaugurado las cocinas de varios excelentes restaurantes bogotanos: Spiga, La Brasserie y  Plaka que yo recuerde. El salón lo maneja Bozo Pivac, un excelente anfitrión. El restaurante, como se usa ahora, tiene una terraza al aire libre para quienes, pese a las lluvias y al frío,  pretenden que Bogotá es tierra caliente. Para los mas realistas tiene un salón sencillo y sobriamente decorado, con muebles muy cómodos que indica claramente que se trata de un bistro serio, dedicado exclusivamente a nada distinto a la buena mesa.

La carta, relativamente corta y variada, es de esas que le dice a uno "debiste haber venido con mucha gente para poder compartir varios platos", y los platos a eso se prestan porque son "sanos y abundantes, como para eclesiásticos",  lo que aquí resulta especialmente apropiado considerando que queda bajo un templo.

Las especialidades de la casa son croatas, algo raro en esta lluviosa ciudad. Que yo recuerde, el único restaurante croata antes de Bukara, había sido Dalmacia, que ya  esta por cumplir su primer cincuentenario: quedaba en la Carrera 13, esquina de la calle 69, y Mirkos Bencic, hijo del iniciador, lo traslado – haciendo los mismos deliciosos cochinillos – a la Avenida 82, arribita de la Carrera 11.

Aunque la carta de Bukara incluye Schweinsbraten (asado de cerdo), Sauerbraten mit Spãtzle (punta de anca, adobada en vino tinto y hierbas, y trocitos de masa agria), Gulasch húngaro (abundante en paprika) servido con Semmel Knõdel (albóndigas de pan), y otros platos austro-húngaros que hacía mi abuela, optamos por el cordero que es una especialidad croata que preparan día de por medio (el otro día ofrecen cerdo), y un plato que llaman "Tentación Croata" que es un cochinillo  asado a la brasa que sirven con usa deliciosa salsa reducción de cerveza, y con varias interesantes guarniciones: me pareció extraordinario. El apetito no nos alcanzó para probar el  Chevapchichi, (pronunciado tzevaptzitzi) que son rollitos muy adobados de carne molida de credo y de res, hechos a la parrilla, que son tan emblemáticos de los  países balcánicos como lo son las hamburguesas de los Estados Unidos. Por ellos tendré que volver otro día.

Para terminar tienen una buena variedad de pastelería hecha en casa que sirven en porciones tan generosas como las de los platos principales - puedo recomendar la "Torta Reina"  hecha a base de almendras – y una lista de cafés, tan variada como la de Juan Valdez  .

En resumen, Bukara me gusto: para calificarlo en la Escala de Zagat (de 1 pesimo, a 30 perfecto) lo pondría Comida 25, Ambiente 20, Servicio 23, Precio: razonable. Y en la Escala de Jaeckel que establece 4 categorias ( A: No debí haber ido;   B: Fui ..... y no pasó nada;  C: Fui y podría volver....; y  D: Esta entre mis favoritos) , por la proximidad de la carta a lo que cocinaba mi abuela,  pondría a Bukara  en Categoría C+ (con opción a crecer a D)

Saludes,

Juan Jorge Jaeckel


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