Date: Thu, 2 Jun 2011
Hola:
Hoy, asumiendo que hay quienes comparten mi fascinación por navegar, quería compartir las experiencias de Isaac, Daniel y de sus abuelos a bordo del Allure of the Seas. Pero antes de hacerlo tengo que confesar que falté a la verdad en mi crónica del lunes: pequé de ingenuo cuando reporté el final feliz de nuestro desventurado viaje de regreso. Según aprendí en mi primera clase de Rudimentos de Redacción 101, uno nunca debe mezclar tópicos. Por eso hoy voy a retractarme y confesar mi error. Tendré que dejar la crónica del barco para otro día.
Confieso que ingenuamente le creí cuando un funcionario de American Airlines me informó que mi maleta había sido traída a Bogotá, y de eso quedé convencido cuando el website me lo corroboró con mi nombre, mi número de etiqueta de equipaje y la confirmación de fecha de despacho, mayo 30. El lunes, fuera de averiguar mi maleta también supimos que American Airlines no tendría cupos hasta el miércoles, por lo cual optamos por regresar en Avianca el martes por la tarde.
Teniendo mucho tiempo disponible y nada que hacer resolví llamar otra vez a American para asegurarme que todo estaba en orden; la funcionaria que me contestó repitió todo lo que leí en mi computador, pero me sugirió que llamara a la oficina de equipajes en Bogotá para asegurarles que aunque no me vieran en la lista de pasajeros, mi maleta no debería ser devuelta a Miami. Llamé a esa oficina y una niña muy amable me contestó que mi maleta no había llegado, y tomó cuidadosa nota de guardarla hasta que nosotros llegáramos a Bogotá en el Vuelo AV 007.
Como no todo puede ser perfecto, el Vuelo 007 de Avianca tuvo un retraso de varias horas que me dio la oportunidad de volver a llamar a la oficina de equipajes. Esta vez me contestó un joven al que le di todos los datos de mi reclamación. El me informó que American en Bogotá no atendería mi reclamo y me dio un consejo: "A su llegada a Bogotá reclámele la maleta a Avianca, ellos a lo mejor la pueden encontrar!'' Eso me pareció tan inverosímil que le pedí a Yarka que le explique nuevamente el caso. El joven le reconfirmó que por regresar en Avianca el problema de la maleta perdida ya no era de American y punto!
Anoche al fin llegamos y esta mañana madrugué a llamar la oficina de equipajes con tan buena suerte que me contesto la niña amable quien me dio una buena noticia: la maleta llegó. Esta vez fue verdad! A las doce y medía mi maleta y yo nos reencontramos. Y lo más sorprendente: no faltaba nada!
Hoy miércoles, felizmente estamos en casa con todo nuestro equipaje y al fin podemos dar por terminado nuestro vuelo de regreso que empezó el domingo. "All's well that ends well", como dijo Shakespeare, y "en todas partes se cuecen habas" como decimos en Boyacá: no hay aerolínea que no haya cancelado vuelos y perdido maletas. Pero juzgando por los comentarios que recibí a mi nota anterior, en American se cuecen más!
Un abrazo,
Juan Jorge Jaeckel
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