Saturday, August 13, 2011

MALAS NOTICIAS :En este vuelo no nos fue bien!

Date: Tue, 31 May 2011 00:19:19 -0500

Hola:

Ayer terminó el estupendo crucero que hicimos con nuestros nietos Daniel e Isaac.

De este viaje tenemos noticias buena y noticias malas: empecemos con las noticias malas; de las buenas nos ocuparemos en otra ocasión.

Nuestro regreso fue un absoluto desastre: un desastre que aún esta en marcha porque aun no hemos terminado de regresar: estoy escribiendo esto en Miami, de donde debimos haber salido hace casi 36 horas, y tendremos que estar por lo menos un día mas.... eso si no cambiamos de línea de aviación!

Afortunadamente Felipe, Elisabeth y los niños tuvieron el buen sentido de reservar hace mucho tiempo el vuelo de Avianca de Fort Lauderdale a Bogotá del día de desembarco. Para Yarka y yo que viajamos en forma no estructurada, la única opción que quedaba abierta el día de desembarco era el Vuelo 915 de American Airlines, a las 4:35 p.m.

Ayer nos levantamos bien temprano porque, según nos dijeron en el barco, el ultimo bus al Aeropuerto de Miami salía a las 9:30 a.m. A las 9:30 no había bus en el muelle. Solo llegó a las 10:15. A las 10 de la mañana Fort Lauderdale a cielo abierto puede ser bastante sofocante, especialmente para alguien como yo que soy animal de páramo. Cuando ya estábamos sentados en el bus nos dimos cuenta que por menos de lo que pagamos por el transfer en bus podíamos haber alquilado un carro y haber paseado durante las aburridas horas que estuvimos esperando que llegara el momento de abordar el avión.

En este punto quiero recordar el refrán "cada quien habla de la feria según le fue en ella"  para significar que lo que voy e relatar de este viaje se refiere a una serie de circunstancias fortuitas y desafortunadas que se fueron sumando, y que lo que estoy relatando es  una experiencia que no se puede o se debe generalizar. Por otro lado, como dicen en showbusiness , "un actor se juzga por su interpretación más reciente".

A las 4:35 con los pasajeros abordo y todo listo para salir el purser anuncio que habría una demora porque había que cambiar una llanta.  Yo, que soy muy suspicaz asumí que "el cambió de llantas" se hizo para que un grupo de alrededor de 20 pasajeros que venían en vuelo de Orlando alcanzara hacer la conexión. Pero no. Varios minutos después de que ellos también  estuvieron sentados, el capitán anunció que había que cambiar las otras tres llantas del lado derecho. Al rato una de las cabineras pidió a todos los pasajeros bajar del avión con todas sus pertenencias, para extender las piernas y comer alguna cosa  Ya era bien pasada la hora del té.

Cuando algunos inocentes pidieron los "cupones de comida",  el personal de tierra fue muy enfático al explicar que si alguien tiene hambre y quiere comer, ese es su problema y no el de la aerolínea.

Justo cuando Yarka y yo, después de hacer una larga cola, logramos comprar sendas tajadas de pizza y una botella de gaseosa, llamaron a abordar el avión. ¿Has notado que el aeropuerto de Miami siempre huele a pizza? Pues si, y ahora el avión también tenía ese aroma porque nosotros no fuimos los únicos que subimos con nuestras tajadas.

Ya con todos los pasajeros sentados y la mayoría comiendo pizza el avión salió raudo del termibal, pero a unos 400 metros del terminal, y antes de salir a la pista de carreteo, paro. Normal, pensé yo: estamos esperando el turno para decolar. Pero no. Empecé a notar aviones pasando a babor y aviones pasando a estribor (¿Notas como manejo los términos náuticos después del crucero?)  Al rato el capitán anunció que se había prendido unas lucecitas y que tendría que volver al muelle para que un técnico revise el asunto.

Esto se demoro un largo rato, apenas interrumpido por anuncios de una cabinera que sin dar razón alguna sobre lo que estaba pasando exigía paciencia, en tono cada vez mas y mas severo. A eso de las 7:30 ordenó  "desembarque con todas sus pertenecías y en tierra serán informados de las decisiones que se están tomando"  Ese anuncio causó mucho desagrado en algunos de los pasajeros que empezaron a sentir una actitud de que la responsabilidad de lo que esta fallando recae  no en la aerolínea sino en los pasajeros.

Ya con todos los pasajeros en la en muelle, en el mostrador de embarque E 9,  apareció un solitario joven que con voz clara y firme informó 1, que el vuelo American Airlines 915 a Bogotá había sido cancelado, 2. que el equipaje sería devuelto en el Carrusel D 24, pero que esto se demoraría al menos una hora, 3. que el equipaje no recogido sería enviado a Bogotá,  y 4. que los pasajeros tendrían que hacer nuevos planes de viaje en un mostrador cerca de la puerta de salida D 37, que queda en otro terminal.

La estampida fue instantánea . Algunos de los rezagados le preguntaron que si para ancianos y para familias con niños tendrían un mostrador adicional. Su respuesta fue "nosotros tratamos a todos por igual".

Después de recorrer unos 700 metros de recovecos divisamos la larga línea de 150 jadeantes (ellos habían corrido, nosotros no),  y muy irritados pasajeros haciendo cola para ser atendidos por un funcionario. Al rato y cuando ya las ultimas reservas de paciencia de los pasajeros habían desaparecido, aparecieron unos pocos y cansados funcionarios mas. En ese punto y hora, 10:00 p.m., y temiendo un motín, decidimos recoger nuestros pasajes y nuestras maletas y regresar por Avianca cuando encontráramos cupos. Llegamos al Carrusel D 24 y fuimos informados que el equipaje del Vuelo 915 estaba demorado porque siendo un vuelo internacional requería gestiones especiales para ser devuelto en un área de entrega de equipajes domésticos, y que teníamos que ser pacientes porque estaban haciendo todo lo posible para entregarlo con la mayor rapidez. Otra vez la actitud de "la culpa es suya" esta vez en la modalidad "debería estar agradecido por todo lo que estamos haciendo por usted".

Ya cerca de la media noche empezaron a llegar maletas, y maletas y mas maletas. Las que nadie recogía las ponían en un pequeño espacio vació. Llegaron todas las maletas menos la mía. Tras buscarla en medio de la selva de maletas y no encontrarla, fuimos a presentar el reclamo. En el mostrador encontramos un letárgico señor que nos dijo que dejáramos  así, porque que la maleta eventualmente aparecería en Bogotá. Si a la semana no
aparecía  presentáramos el reclamo en Bogotá. Como eso nos pareció absurdo la conversación se fue tornando de amable a agitada. Cuando otro señor algo menos letárgico entro a respaldar a su colega paso de agitada a sonora, al punto que apareció un supervisor que finalmente dio la orden de recibir y escribir el reclamo. Finalmente a eso de la 1:00 a.m. salimos a buscar hotel. Afortunadamente hay un Marriott muy cerca al aeropuerto.

Con nuestro reclamo en el bolsillo, dormimos muy bien:teníamos un número para averiguar por mi maleta. Hoy a mediodía volvimos al mostrador de reclamos donde nos informaron que a esa hora la maleta estaba volando sobre Cartagena rumbo a Bogotá. Yarka que es muy inquisitiva, averiguó además que ayer había ido a Boston (¿será por el parecido que hay entre BOG y BOS?) de donde la habían devuelto a tiempo para salir a Bogotá en el Vuelo AA 913 de la 9:45 a.m. Por la tarde llamamos nuevamente y nos confirmaron que había sido recibida in Bogotá. Ojalá se quede allá y quieta hasta que nosotros la podamos recoger: uno de los momentos mas felices de todo viaje es el reencuentro del pasajero con su propia maleta.

¿Conclusiones de este desastroso fin de viaje que aún no ha llegado a su fin? El letárgico funcionario de la larga noche de anoche tenía razón: la maleta llego solita a Bogotá, pero yo de todas maneras prefiero tener un papelito con un número para poder llamar y sobar! American Airlines es una inmensa empresa que funciona muy bien cumpliendo la función básica de una aerolínea que es transportar cuerpos de un punto a otro. Eso lo hace eficientemente utilizando muy sofisticada tecnología. El problema que tiene es doble: que los cuerpos que transporta son humanos y vivos, cada uno con sus propios caprichos y necesidades, y que la tecnología en tan sofisticada que cuando algo falla, no hay humano que la enderece: los que trabajan con ella son sus esclavos. Como prueba, el fiasco de ayer.

Repito que todo lo anterior es una opinión basada en mi experiencia mas reciente, la de ayer, y puede ser injusta. Lo que me pone triste es que la deshumanización la veo por todos lados: a medida en las maquinas van haciendo mas y mas cosas, son menos y menos los humanos que las entienden y las pueden controlar. En cambio son mas y mas los humanos que terminan sometidos a esas maquinas. ¿O no?

Prometo que mi próxima crónica será menos sombría.

Un abrazo,

Juan Jorge Jaeckel  


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