Saturday, August 13, 2011

Mas sobre La Mina


Date: Wed, 11 May 2011


Hola:

Hace unos días recibí una divertida nota en la cual José Pablo Sanint, en su doble calidad de gourmet y arquitecto hace algunas interesantes observaciones sobre La Mina en el hotel JW Marriott, las cuales quiero compartir con quienes leyeron mi reciente nota calificando ese restaurante..

Por si hay alguien que no lo conozca, José Pablo es un hombre polifacético envuelto en un montón de actividades relacionadas con la construcción, el diseño y las artes. Menciono solo algunas: tiene tanta visión que en esa época negra en que en el horizonte bogotano no se divisaba una grúa de construcción empezó y terminó el edificio de la carrera novena con calle 94 con tanto éxito que inició a la transformación de esa calle y  el estilo arquitectónico de la ciudad. Diseño para el Banco de la Republica el billete de dos mil pesos. Es un excelente cocinero. Y para poner estos datos en términos generacionales: José Pablo es el papá de María, quien heredo su creatividad y Antonio quien heredo su sentido del humor. Hago esto porque aunque José Pablo es un poco menor que yo, ya debió haber tenido esta grata experiencia: Antes le preguntaban a Jorge y a Elisabeth "tu papá es Juan Jorge Jaeckel?". Hoy me preguntan a mí "tu eres el papá de Elisabeth Jaeckel", "tu eres el papá de Jorge Jaeckel?"

Transcribo la carta:

"Hola Juan Jorge:

Alvaro Gómez Hurtado sostenía que en Colombia la pimienta pica...pero no mucho.

Esto va con respecto a los restaurantes bogotanos, especialmente aquellos  que encajan entre los que podría volver  según la clasificación JAECKEL .Me refiero a una enorme variedad de establecimientos distribuidos y agrupados alrededor de la G, de la T y dela U (Usaquén). Son ellos muy bien dotados, decorados y servidos pero un poco anodinos si comparamos precio y calidad. Sin embargo se mantienen, como dicen los taurófilos, hasta las banderas. Además, ya no conoce uno a nadie (habías oído un comentario más bogotano?).

Pero quisiera referirme a algo distinto del cual hiciste una rápida reseña: La Mina.

La Mina me gustó porque tiene buen guión. Lo reconozco: lo que más aprecio de un buen espectáculo es su guión, desde una misa solemne del rito ortodoxo,  (esa maravillosa multimedia de oro, coros e incienso solamente superada por una misa en iglesia rural Austrohúngara en donde la yesería rococó alterna con un majestuoso órgano y enormes cantidades de incienso conformando un mundo maravilloso al oído, a la vista y al olfato) hasta una película como Avatar o una producción de  Carmen en el Metropolitan. Sheer script...

Dos cosas son tratadas de manera altamente profesional en La Mina: la iluminación y el vino. La primera está circunscrita a las mesas  dejando a lo demás en una discreta penumbra. De ahí el nombre del restaurante. Es un agradable nivel que permite conversar y que destaca las cualidades de la comida y el servicio de mesa: vajilla, cristal, linos, etc.
Pero lo que me llamó verdaderamente la atención fue el nivel de servicio especialmente en el manejo del vino. Basta decir que no había tenido la oportunidad , en Bogotá, de encontrar un nivel profesional de servicio de mesa como en el evento del vino. La carta, el descorche, el servicio de mesa, todo manejado sin sobreactuación. Impecable.

La comida y otros detalles del restaurante me parecieron excelentes, eso que se trata de un restaurante de hotel de cadena sin grandes pretensiones de patrón catalán o vizcaíno, de nombre, que eso son otros quinientos pesos.

Me alargué demasiado pero, la verdad es que no sé escribir.

Esperando verte pronto, recibe con Yarka un abrazo.

Jose Pablo Sanint"

Recibe un abrazo,

Juan Jorge Jaeckel




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