Saturday, August 13, 2011

ITALIA 2009:Primera etapa: MILAN



Date: Tue, 24 Nov 2009 21:11:26 -0500

Hola :

Acabamos de regresar de un viaje de algo mas de un mes al norte de Italia que empató con un crucero de Civitavecchia  a Fort Lauderdale.

Algunos amigos me pidieron que escribiera una crónica sobre el viaje lo cual me halagó sobremanera. Cuando llevábamos algunos días en el barco empecé a escribirla pero me vi bloqueado por la variedad de temas que no lograba acomodar bajo una sola sombrilla. Por eso pensé que en lugar de escribir una larga crónica sobre el viaje puede resultar mas fácil dividirla en varias notas cortas sobre temas  específicos  y enviarlas separadamente a mis amigos y eso es lo que me propongo hacer.

Eso te da tres opciones: leerlas, borrarlas, o pedirme que deje de congestionar tu buzón lo cual haré con mucho gusto.

Empezamos el viaje en Milán, la capital empresarial de Italia que tiene fama de fea, con lo cual estoy en total desacuerdo. Como toda ciudad que se benefició de la Revolución Industrial del Siglo XIX tiene zonas fabriles obsoletas y abandonadas que no han sido ni demolidas ni restauradas con bares y discotecas in. Uno como turista ve algunas en el camino del aeropuerto pero no tiene para que ir a visitarlas.

En cambio Milán si tiene un centro que viene desde la Edad Media con progresivas adiciones hasta el Siglo XXI que es absolutamente fascinante, tanto por las construcciones que en sí cubren 8 siglos, como por la forma en que las han mantenido vivas, habitadas, funcionales y operantes. Es así como en antiquísimos edificios hay locales de diseños muy contemporáneos y las marcas de lujo mas prestigiosas, muchas de las cuales como Versace, Prada, Armani, Ferre son originarias de Milán, funcionan y crean el "ultimo grito de la moda" en viejos palazzos.

No voy a hacer un recuentro de las atracciones de la ciudad – para eso están la guías, Google, Wikipedia, y tantas otras fuentes - sino a compartir algunas experiencias de Yarka y mías.

Como hacía mas de 10 años que no íbamos a Milán y solo teníamos unos pocos días para visitarla empezamos por reencontrarla en buses "Hop On, Hop Off" - de por si un plan muy agradable - que nos dio una vista a vuelo de pájaro de lo mas interesante de ciudad para luego decidir como distribuir el resto de nuestro limitado tiempo. Un buen punto para tomarlos es la Piazza del Duomo donde convergen las rutas y a la cual hay que dedicarle al menos un día por la plaza misma, su inmensa Catedral gótica de mármol blanco que duró 5 siglos en construcción y  la Galleria Vittorio Emanuele II con sus elegantes tiendas y restaurantes que demuestra que 100 años antes de Unicentro ya se hacían grandes malls, y el área circundante que incluye el Teatro alla Scala, varias calles peatonales con espectaculares tiendas e imponentes edificios de hoy aporreadas entidades financieras.

Estando en Milán hay que ir a la ópera y lo aconsejable es comprar boletas por internet con la mayor antelación posible. Para los que no sabemos planear, en la Piazza del Doumo, mas precisamente en la estación del metro debajo de la Plaza, queda la taquilla del Teatro alla Scala. Tuvimos suerte: quedaban dos boletas para Idemeneo de Mozart para el día siguiente. Vimos un montaje muy contemporáneo con escenografía poca, abstracta y proyecciones de video y vestuario que cubre 25 siglos, y llegamos a la conclusión de que la Scala tiene una magia única: todo, absolutamente todo, converge en forma  que resulta un espectáculo perfecto, aun visto y oído desde la segunda fila de la galería.

Después de la ópera fuimos a cenar a Il Coriandolo, un restaurante especializado en pescados y mariscos. Esta a unos 200 metros atrás del teatro por la Via Giuseppe Verdi cruzando a la izquierda en la Via Dell'Orso. Es uno de los pocos restaurantes que siempre esta abierto a la salida de la ópera y nos gusto mucho.

Y así entramos a mi tema favorito: comida. A pesar de lo corto de nuestra estadía si pudimos comprobar que en Milán se come bien. La primera noche entramos en la primera trattoria que encontramos cerca del hotel. Era modesta, pero excelente. Un día almorzamos en La Brisa, Via La Brisa 15, un restaurante con menú degustación cuya clientela es principalmente yuppies – algo asi como un "almuerzo ejecutivo" pero de mejor familia – y nos gusto muchísimo. Otra noche cenamos en Dal Bolognese, en la Piazaa della Repubbica 13 un restaurante de mucho postín, ubicado en la extensión del hotel Principe di Savoia, pero no operado por él: muy elegante e igualmente bueno.

Además quiero destacar dos restaurantes, no por su gastronomía sino por su ubicación: uno queda en la Piazza del Duomo y en su segundo piso tiene unas amplias ventanas que dan la mejor vista posible a la plaza y a la Catedral. El otro está en la Galleria Vittorio Emanuelle II ,  bajo la cúpula que es su punto mas central e imponente, con mesas en terrazas exteriores, al igual que las muy cotizadas de restaurantes tan costosos y renombrados como Savini. Ambos son  McDonalds  y fueron una excelente opción para buscar una mesa bien ubicada, disfrutar del ambiente milanes y descansar un rato. Quiero anotar que el café y la pastelería de McCafé son muy buenos.

En cuanto a hotel fuimos a lo seguro y no fuimos muy afortunados. Nos alojamos en el Milan Hilton, un hotel muy bien ubicado que cumple con todos requisitos, pero virgen de carácter o encanto. Queda cerca de la espectacular Estación Central, obra monumental del mas clásico estilo Mussolini. Nos hubiera ido mejor en el Westin o en el Principe de Savoia ambos en la misma zona pero sobre la Piazza della Repubblica , otra obra monumental de la era de Mussolini, ambos con mucha clase y puro estilo Art Deco, o mejor aún en el Meridien Gallia, al pie de la Estación, que es una joya de Art Nouveau.

Para movilizarnos utilizamos el transporte publico, especialmente los tranvías para ver y el Metro por rapidez. Cubren toda la ciudad y tienen mapas muy claros que le permiten a uno establecer su ruta. Recomiendo comprar varios tiquetes a la vez porque no son fáciles de conseguir, especialmente de noche. Los taxis, los encontramos escasos, costosos  y poco amables. Alquilar casrro nos pareció impractico por la dificultad de estacionar.

En cuanto a los milaneses, en general poco se interesan por los turistas, aun en almacenes y restaurantes. En la calle  la información que uno logra obtener muchas veces es insuficiente o errada. Lo máximo que uno obtiene es "queda mas adelante, volteando a la derecha" o  "está a unas dos o tres cuadras". La mejor manera de encontrar sitios es usar mapas detallados, o mejor aun un GPS que es infalible.

En resumen, Milán nos gustó mucho pero nos faltó tiempo.

Cordialmente,

Juan Jorge Jaeckel



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