Friday, August 26, 2011

IMPRESIONES DE ISRAEL - 2011

Date: Wed, 24 Aug 2011


Hola:

Hace unos meses viajamos con Yarka a Jordania e Israel. Al regreso te envié una crónica sobre Jordania, pero la que tenía planeada sobre Israel se me quedo en el tintero. Ahora tengo unos ratos libres y me he propuesto escribirla. Desafortunadamente ya se me han escapado muchos de los detalles que necesita  una buena crónica. Lo que me queda son algunos recuerdos, de manera que me limitaré a poner en papel  -  eso es un decir en estos días de e-mails  -  mis impresiones sobre ese país. Ya no será una crónica, serán mas bien unas memorias.

En 1963, hace ya casi 50 años, estuve  en Israel por unos 4 o 5 días. Estuve solamente en Tel Aviv que me pareció como un distrito de estrato 3 a 4 en Barranquilla (también de esa época), solo que los avisos en las calles estaban en inglés, hebreo y árabe. También pase un día en Jerusalén que en ese entonces era una ciudad dividida. La ciudad antigua – ciertamente la parte mas interesante - solo la pude ver a la distancia y por encima de un feo muro. Sobra decir que Israel no me gustó mucho, aunque me sorprendió la dedicación de la gente a su país, especialmente en la forma en que empezaban a hacer verdecer el desierto. En pedregales y arenales surgían, como pequeños oasis, milagrosos naranjales que en esa época le daban fama al país.

Con esos recuerdos no tenía urgencia de volver a Israel, y Yarka, que es muy prudente, pensaba que habiendo vivido tantos años tan cerca del terror (las bombas al Centro 93 y al Edificio de la Occidental nos volaron las ventanas de la oficina y del apartamento respectivamente), no tenía mucho sentido exponernos en tierras lejanas. Al fin cambiamos de opinión, y justo cuando llegamos a Amman empezaron los actuales conflictos en el Medio Oriente. You can't win!

Pero vamos a mis impresiones de Israel que, como todos sabemos, no es un país grande. Lo que yo no sabía es lo pequeño que es. Nosotros entramos de Jordania por Eilat porque veníamos de Petra - una de las siete maravillas actuales del mundo que todo mundo debe conocer -  y el cruce de frontera de Aqaba a Eilat sobre el Mar Rojo nos quedaba cerca y es el mas fácil de pasar. Eilat es uno de los resorts mas populares de Israel. Sí, hay muchos hoteles y hasta uno o dos tan extravagantes que podrían estar en Dubai, y si, hay un acuario pequeño que es de los más interesantes que he conocido pero, tal vez porque no somos "gente de playa", Eilat no nos descrestó.


Aunque estábamos en el extremo sur del país, por razones que aún no tengo completamente claras, resolvimos que nuestra siguiente exploración debería ser el extremo norte y nuestra base Haifa. Alquilamos un carro, salimos de Eilat a mediodía y llegamos a Haifa al anochecer: habíamos cruzado todo Israel de sur a norte, y eso que paramos en el camino para almorzar y para tomar onces. Así de pequeño es el país. La mitad del viaje, hasta un poco arriba de Beersheva, es por el desierto del Negev. Después, de un momento a otro, el paisaje cambia a verde. Es sorprendente lo que logra el hombre que persevera en llevar agua al desierto: Israel produce 95% de lo que come, y exporta mas del 20% de su producción agrícola. Fuera de las tradicionales exportaciones de cítricos, es un importante exportador de otras frutas (hasta hay extensas zonas bananeras a lo largo de la costa), flores, hortalizas y vinos (sobre estos, más, adelante). Y la agricultura solo representa el 2.5% del Producto Interno Bruto.


Manejar en Israel es fácil. Las carreteras son estupendas, están bien marcadas y casi lo llevan a uno de la mano. Las ciudades, por tener origines tan antiguos, son algo difíciles pero un GPS ayuda mucho. Lo único complicado es "meterle" correctamente los destinos que uno busca porque la transcripción de los nombres hebreos a letras romanas dista mucho de ser una ciencia exacta: Safad, por ejemplo, puede ser Zfat o Zefad; Jaffa puede ser Yafo, y Jerusalén puede aparecer como Yerushalayim  y en otras 4 o 5 formas diferentes.
Manejar por el Negev, aunque tiene sus atractivos es, como cualquier desierto, aburrido. En cambio, manejar por el resto del país es interesante. No hay paisajes espectaculares como los que tenemos en nuestros valles o en el eje cafetero, pero la variedad de poblaciones, algunas bíblicas, otras romanas, otomanas, árabes o muy contemporáneas, lo mismo que los desarrollos agrícolas e industriales - todos pegados el uno al otro, sin ton ni razón - hacen que  todo trayecto sea variado.


Algo sorprendente es la demografía: uno piensa en Israel e inmediatamente lo identifica, correctamente, como el Estado Judío: ahí viven 5.7 de los 13 millones de judíos que hay en el mundo. El 75.6% de la población de Israel es judía (en Colombia 93% se declara o está registrada como católica),  16.8%  son musulmanes, y el resto cristianos y de otras religiones. Pero cada uno de estos grupos se fragmenta.


Uno tiende a asumir que los judíos son por origen europeos: germánicos (Ashkenazim) o  hispánicos                    (Sephardim), pero inmediatamente descubre que vienen de todos los continentes y en todos los matices: hay judíos que vienen del Norte de Africa, Etiopía, Yemen, Irán y otros países del Medio Oriente (judíos Mizrahi). ¿Sabías que hay judíos hindúes y chinos (judíos Kaifeng) aunque de estos quedan muy pocos?  Israel también ha tenido flujo de  inmigrantes de  Norte América y de Argentina (se oye mucho español), y en las últimas dos décadas han llegado alrededor de 300.000 de Rusia. A pesar de que  42% de los judíos israelíes se declaran seculares (no religiosos), como turista hay que temerle al Shabat (el Dia del Señor, del atardecer del viernes al atardecer del sábado) porque casi todo cierra - en Jerusalén todo – y eso resulta bastante aburrido.


La comunidad musulmana es igualmente diversa. Lo primero que uno nota es su omnipresencia porque los minaretes son fáciles de ver en el horizonte y los hay por todos lados: no es raro oír los llamados a oración….  cinco veces al día. En el norte del país hay  poblados enteramente musulmanes. Los musulmanes son árabes y en su mayoría son Sunnis, pero no todos los árabes son musulmanes. Hay árabes Drusos y Cristianos que  pueden ser Católicos, Coptos, Maronitas, Ortodoxos Griegos o Armenios, y de otras sectas. Y hay beduinos, muchos aún semi-nómadas viviendo en grandes carpas en el desierto del Negev.

Con una población tan heterogénea es natural que el país suene como la Torre de Babel. De hecho hebreo y árabe son idiomas oficiales, y los avisos de calles y vías están, además de hebreo y árabe, en caracteres romanos (presumiblemente inglés), y en muchas partes en caracteres cirílicos (presumiblemente ruso).  Uno se defiende bastante bien con inglés, pero me sorprendió que dista mucho de ser Lingua Franca.


Siendo Israel un crisol de origines tan variados, el estado desde hace tiempos, se esforzó por revivir el hebreo que era prácticamente una lengua muerta (las lenguas muertas son regias para rezar y leer documentos antiguos pero no sirven para pedir una hamburguesa), y convertirla en elemento de identificación, de comunicación y de unificación de gentes tan diversas. De hecho el estado ha logrado que los Sabras, que son los judíos nacidos en Israel, hablen entre sí en hebreo, sin importar su origen geográfico.


Y esto me lleva a la gente que, contrario a su auto descripción, es  muy amable con los turistas. Aún los mas ortodoxos, esos que andan con largos sacos negros y sombreros de ala muy ancha. Las mujeres son muy bonitas. Al terminar colegio entran por dos años al ejército donde, como a todo militar, les enseñan a sacar pecho, algo que les servirá toda la vida y que mejora el paisaje.  Además, las mujeres con bonitas piernas parecen no tener sensibilidad al frio. Hasta en medio del invierno las exponen con mínimas minifaldas.


Como decía arriba, empezamos nuestro turismo en Haifa, importante puerto y centro del Silicon Valley israelí, rodeada de sitios históricos y buena base para explorar el norte del país. Haifa en si tiene muchos que ver. El centro de la ciudad está en la cima de un monte, pero no cualquier monte: el Monte Carmelo. Para llegar a ella hay largas calles curvas y también un tren subterráneo que es funicular. En él está el Monasterio Stella Maris de los monjes Carmelitas, y el Jardín Bahai, que es la sede mundial de Bahai, una nueva religión unitaria y monoteísta, prácticamente libre de ritos, con unos 6 millones de adeptos regados por el globo,  que cree que todas las religiones son manifestaciones del mismo Dios. El jardín, una imponente y linda ancha franja que va de la cima hasta la breve Avenida Ben-Gurion que va al puerto, consta  de 19 terrazas muy simétricas y cuidadosamente podadas (se podría decir manicuradas) que se pueden recorrer en 700 escalones, preferiblemente de arriba hacia abajo. Es multicolor, bellísimo, y realmente digno de ver y recorrer!


La Avenida Ben-Gurion es la Colonia Alemana, otra de las curiosidades de Haifa. Fue construida por prósperos alemanes llamados Templers  - no Templarios (los cruzados medioevales) - que llegaron a Tierra Santa a mediados del Siglo XIX a prepararse para la segunda venida del Mesías y construyeron  las grandes y elegantes casas de piedra con techos rojos que hoy son animados bares, excelentes restaurantes y elegantes boutiques.


En los alrededores de Haifa esta Caesarea (pronunciado Quesarea), ciudad romana construida por Herodes (el que ordenó matar los niños menores de 2 años en Belén) hoy convertida en un muy extenso parque arqueológico con muy bien  señalizados restos romanos de teatro, puerto, acueducto e hipódromo y fortificaciones posteriormente construidas por los cruzados. En un esfuerzo por integrar el parque a la vida del Siglo XXI  le han involucrado restaurantes, galerías de arte, tiendas varias y hasta bares. Es también un sitio para celebrar bodas: resulta divertido ver parejas en smoking y trajes de novia encaramándose en las ruinas para tomarse fotos.


Un poco al norte de Haifa y también sobre el mar Mediterráneo esta Accra (o Akko) ciudad amurallada del tiempo de las cruzadas, pero hoy mas identificada con el gobernante otomán del Siglo XVIII Ahmed Pasha al Jazzar  que traduce "el carnicero",  no porque fuera un experto charcutier  sino porque a donde iba llevaba un cadalso portátil para disponer de quien no le agradara. En la ciudad, que hasta hoy es predominantemente musulmana, amplió las murallas, construyó una citadela con un gran palacio y hermosos jardines, y la gran mezquita que lleva su nombre. Además de conocer todo lo relacionado con el sanguinario Pasha, uno no debe dejar de probar los deliciosos dulces árabes que venden en las  calles.


Haifa también es una buena base para explorar Galilea, una región importante para el turismo histórico y religioso. Ahí están Nazaret, Cafarnaúm, el Monte Tabor, el lago de Tiberíades (o Mar de Galilea – en Israel casi todo tiene varios nombres), y tantos sitios mas que figuran en la vida de Jesús, en las cruzadas, y hasta en la historia reciente. Por ejemplo, la región de Golán, que tiene los paisajes mas lindos de Israel, pero que no nos asombran: yo siempre he pensado que para ver naturaleza linda hay que viajar por Colombia. Sobre Galilea existen cantidades de excelentes publicaciones de manera que la describen mejor de lo que yo lo puedo hacer de manera que paso a otro tema.


Nuestra siguiente escala fue Tel Aviv, que nos sirvió como base para explorar el centro del país. Allí tuvimos como consejero y guía al Dr. Isaac Aizenman. Isaac es un oftalmólogo colombiano  – amigo de infancia de mi yerno Felipe – que desde hace 10 años ejerce como cirujano en una clínica oftalmológica en Jerusalén.


Tel Aviv es la capital económica de Israel. Oficialmente tiene menos de 450.000 habitantes pero su área metropolitana aloja la tercera parte de la población de Israel. Tel Aviv es muy diferente al resto del país: para empezar, no tiene historia. Iniciada hace apenas cien años, es vibrante las 24 horas al día (o mejor 7/24 como se dice hoy en día) y vive en la calle: en cafés, en bares, en restaurante, en teatros, en museos. No es bonita, aunque tiene muchas edificaciones espectaculares. 

Tel Aviv consta de múltiples zonas totalmente diferentes entre sí. He aquí algunas que recorrimos: el centro comercial de la ciudad, congestionado de gente y tráfico; la playa, activa los siete días de la semana, sobre la cual se encuentran muchos de los grandes hoteles; Neve Tzledek, el primer asentamiento de la ciudad, ahora restaurado como zona gastronómica y de boutiques; la «Ciudad Blanca» con mas de 4.000 edificaciones en el estilo  Bauhaus construidas por arquitectos que huyeron de Alemania en los años 30's, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco; inmensos parques, museos, universidades y torres de vidrio y acero al norte; y en medio de todo esto, el pequeño barrio yemenita que es lo único que le recuerda a uno que está en el Medio Oriente.


Al pie de Tel Aviv esta Jaffa, hoy incorporada al municipio Tel Aviv-Yafo. Esta ciudad si es antiquísima: data del año 7.500  A.C.. Por ella han pasado casi todos los poderes de Occidente y del Medio Oriente y muchos han dejado su huella. Buena parte de Jaffa ha sido restaurada a diferentes épocas, pero para mí su mayor encanto es la calle Yefet cuyas construcciones que datan principalmente del tiempo de las cruzadas y del periodo otomán: son semi-ruinas cuidadosamente aprovechadas y atiborradas de tiendas, bares y restaurantes, algunos de ellos de altísima gama.


Una anécdota: una mañana Isaac dejó su carro frente a nuestro hotel para recogernos. A los pocos minutos, cuando salimos, no había carro. Se lo había llevado una grúa. Curiosamente él no se afanó: cogimos un taxi y a los 10 minutos llegamos a un parque cerrado en el que pagó una multa (alta pero  no absurda) y le entregaron el carro. Sin drama, sin intermediarios, sin papeleos, en una sola gestión inmediata. Ojalá algo así se pudiera hacer en Bogotá.  


A una hora en carro de Tel Aviv, yendo despacio, está Jerusalén. Nosotros fuimos varias veces sin necesidad de cambiar de hotel. Siendo Ciudad Santa para tres religiones y la mitad de la población de este planeta, todo mundo sabe de su 60 siglos de complicada historia y sobre todo lo que tiene que ver con la Ciudad Vieja y sus alrededores: Nadie ignora la importancia del Muro de las Lamentaciones para los judios, la Mezquita de Al-Aqsa y la Cupula de la Roca para los musulmanes y el Monte de los Olivos, la Via Dolorosa y el Templo del Santo Sepulcro para la cristiandad. Sin embargo verlos en vivo y en directo - no importa que y cuanto uno crea - es impresionante y conmovedor. Y ahí está  la ciudad antigua que - aparte del sector judío que fue prácticamente destruido durante la guerra de independencia y ha sido restaurado en buena parte a tiempos romanos - está viva pero intacta desde tiempos medioevales. Conocerla es una vivencia.


Sobre la vieja Jerusalén ya todo se ha dicho de manera que no hay nada que yo pueda agregar. Me limitare a relatar algunas de las impresiones que tuvimos: en la vieja ciudad, aparte de la emoción que nos produjo, nos causó cierto desconcierto que la Vía Dolorosa que en buena parte de su recorrido no es un sendero que se presta al recogimiento y a la meditación, sino un bazar oriental, y ni siquiera uno de los buenos. Y que en el Monte Calvario uno no encuentra tres cruces sino un inmenso y hermosísimo templo,  pero que - por albergar tantos ritos cristianos tan diferentes entre sí – esta atiborrado de gente que se mueve, sin orden alguno, en imprevisibles direcciones. En el Templo del Santo Sepulcro hay tanto que ver – mejor digo admirar – que hay que tomarse mucho tiempo para vivirlo.  Es tan complicada la administración del templo, por tan divergentes iglesias cristianas, que desde los tiempos de Saladino las llaves están en manos de una familia musulmana que es la responsable de abrirlo y cerrarlo todos los días.


Jerusalén no es solo una ciudad histórica; tiene otro aspecto interesante: una ciudad nueva y pujante, en constante crecimiento. Se ven grúas de construcción por todos lados. Los museos son sorprendentes y de alta tecnología. El que más nos gustó es el inmenso Museo de Israel (http://www.english.imjnet.org.il/htmls/home.aspx) que, como todo museo nacional que se respete, exhibe de todo. Pero no en cualquier forma: al aire libre tiene una interesantísima maqueta a escala 1:50 de  Jerusalén en el año 66 D.C.. En un curioso edificio llamado el Santuario del Libro que vagamente parece una stupa ligeramente aplastada, presentan en forma muy dramática los Rollos del Mar Muerto. Entre este y la rampa de edificios que alojan una gran variedad de exhibiciones arqueológicas, históricas, pictóricas y más y más, hay un hermoso jardín de esculturas del siglo XIX  al presente. No fuimos al Museo del Holocausto, el mas famoso de Jerusalén, porque el holocausto lo siento cercano y a ningún museo del Holocausto, en ninguna parte del mundo (deben haber mas de treinta), he querido ir.


Entre las muchas cosas nuevas de Jerusalén que me llamaron la atención están los tranvías que silenciosamente y sin contaminar, unen la ciudad. Una parte especialmente linda de la nueva línea de tranvías es el puente curvo voladizo diseñado por Santiago Calatrava. Aunque me imagino que tuvo sobrecostos, no debieron ser como los de la 26. Y voy a divagar un poco mas:


Ahora que nuestra alcaldesa está hablando de "La Esperanza" como proyecto verde para la Carrera Séptima, ojala pensara en tranvías. En comparación con los buses articulados, sus carriles dedicados son mas angostos y no tienen que correr sobre baldosas de cemento que se quiebran y se hunden. Sus rieles pueden correr por zonas verdes sembradas con pasto y hasta flores bajitas como lo hacen en tantas ciudades del mundo y lo hacían en Bogotá por la Avenida Chile.  Además su capacidad de transporte es mayor, hacen menos ruido y no emiten gases. Esa si sería una solución eficiente, alegre, bonita y realmente verde, al problema de la Séptima: habría hasta pasto!  Y por la diferencia de ancho en los carriles dedicados, talvez hasta se gane espacio para un tercer carril para carros.


Jerusalén es una ciudad muy dinámica y vital, con una gran actividad, lo cual es de esperar de la capital de Israel. Gracias a Isaac conocimos a "Jerusalén de Noche", algo que ni nos imaginamos que existía: aparte de lujosos restaurantes y animados bares en diversos sectores de la ciudad nos paseó por Mamilla un antiguo barrio al pie de la muralla que rodea la Ciudad Vieja, convertido en un área residencial y comercial muy Siglo XXI con cafés, hoteles, boutiques y tiendas de todos los géneros, bares y restaurantes.  El Mamilla Mall, un centro comercial a cielo abierto de 600 metros de largo, es uno de los mas lindos que he conocido. Pero lo mas espectacular que tienen las noches de Jerusalén es la iluminación de la muralla de la Ciudad Vieja. Es inolvidable!


También partiendo de Tel Aviv fuimos a Masada, la inexpugnable fortaleza construida por el rey Herodes en el año 30  A.C., en una mesa 400 metros por encima del Mar Muerto (que está a 400 metros bajo el nivel del mar). Masada fue donde en el año 73 D.C. 967 hombres, mujeres y niños rebeldes judíos resistieron hasta la muerte a cerca de 10.000 soldados romanos.  De Masada quedan las fascinantes ruinas de las fortificaciones, palacios, baños y piscinas de construidos por Herodes, además de construcciones posteriores de monjes bizantinos. Hoy Masada es un símbolo israelí, y para los colegiales ascenderlo es un ritual casi tan importante como aprobar álgebra. Para nosotros los ya mayorcitos, hay un teleférico.


La visita a Masada es también una buena oportunidad para flotar en el Mar Muerto. Opciones muy cercanas son Ein Bokek, un complejo de 5 hoteles spas muy populares con jubilados de la Florida, y un balneario público muy cómodo y bien tenido. Flotar en el Mar Muerto es una de las mil cosas que hay que hacer una vez en la vida, pero si puedes, los hoteles del lado jordano, son mas atractivos.


Y ya que hablo de que hacer, Israel es inmensamente rico en materia de artes y espectáculos. Hay museos por todos lados y de todos los géneros. La Orquesta Filarmónica de Israel (http://www.ipo.co.il/eng/HomePage/.aspx)  que ya celebró  su Aniversario  de Diamante y mas de 40 años con dirección de Zubin Mehta, tiene su base en el Mann Auditorium de Tel Aviv (actualmente en renovación), pero desafortunadamente estaba en gira por los Estados Unidos. Vale la pena pinchar el botón "76th Season" en el website de la orquesta para ver la presentación que hace Mehta sobre la próxima temporada y formarse una idea de lo activa que es la vida musical.


En materia de artes escénicas la variedad es inmensa. En el Performing Arts Center tiene su base la Opera de Israel (http://www.israel-opera.co.il/eng/). Desafortunadamente pudimos ir solo una vez. Vimos una representación de La Fille du Regiment de Donizetti, pero eso bastó para que entendiéramos que esta es una de la compañía de ópera que va muy en serio.


En Tel Aviv tuve el gusto de conocer a Tal Gal-Cohen, Bailli Délégué de la Chaine des Rotisseurs de Israel, un hombre joven y muy emprendedor que ha orientado su vida al buen comer y buen beber. En nuestras largas charlas aprendí que en el curso de las últimas décadas Israel ha experimentado una revolución y una explosión gastronómicas: antes comer en Israel significaba Falafel con pita y Humus; hoy la variedad es inmensa, cosa que pudimos comprobar ampliamente, aunque me place informar que Humus y Falafel siguen siendo una siempre presente alternativa. Hay restaurantes por todos lados y de todos los tipos; y todos parecen estar siempre llenos. La explosión empezó en Tel Aviv pero rápidamente se extendió a Jerusalén, Haifa, y hasta pueblitos como Zichron Yaakov,  centro de una región vinícola, cuya pintoresca calle principal llena está repleta de boutiques, cafes, galerías y restaurantes. En un restaurante  en que cenamos con Tal  observe que la mayoría de las mesas habían cambiado de comensales. Él me explicó que los que cierran tarde, en una cena pueden tener hasta tres rotaciones.


En Israel comimos mucho y muy bien, de manera que solo voy e mencionar unos pocos restaurantes que por originales, mas me llamaron la atención: En Haifa cenamos en el restaurante Rak Basar (Ben Gurion Boulevard 15 , Teléfono 04-855-1872),  en un caserón de la Colonia Alemana que data de 1872, que ha sido vaciada desde el sótano hasta el tercer piso y convertido  en rústicos comedores con piedra a la vista. Al llegar lo reciben con una copa de vino y lo pasan a un mostrador de carnicería para que escoja la carne que quiere  que le pongan en la parrilla (la cobran según el corte y al peso, como hacen en muchos de los pescaderos del sur de Bogotá). Luego uno pasa a la mesa donde le llevan una garrafa de vino de la casa que mantienen siempre llena: cuesta 50 shequels (NIS), algo menos de Col$ 30.000, no importa cuánto tome. Las carnes la llevan a la mesa en un pequeño asador y la acompañan con papa y ensalada. El ambiente es tan alegre y lo que sirven lo hacen tan bien que es necesario reservar con días de anticipación. En la escala de Zagat  (de 1= pésimo a 30 = absoluta perfección)  le daría Comida: 24; Ambiente: 27; Servicio: 23; Precio: Aceptable. En la Escala de Jaeckel (Categorías A: no debí haber ido; B: fui y no pasó nada; C: fui y podría volver; D: uno de mis favoritos) lo pongo en Categoría D: si viviéramos en Haifa, iríamos con frecuencia. Si quieres verlo abre este website  http://www.rakbasar.co.il/. No solo podrás ver algunas fotos: podrás compartir con Yarka y conmigo las frustraciones que sufrimos cada vez que redescubríamos que en Israel somos analfabetas!


En Tel Aviv – mas precisamente en Jaffa – encontramos el restaurante mas ecléctico que jamás hayamos visto; se llama Cordelia (30 Yefet St., Teléfono 03-518-4668, (http://www.cordelia.co.il/?ID_Ctg=13) y es creación de Nir Zook, un joven chef de gran talento no solo en la cocina y sino también en la creación de ambientes únicos (como verás en el website, van 4). Cordelia queda en una construcción de hace mil años y esta iluminado por múltiples candelabros y 5 grandes arañas de cristal que penden del cavernario techo,  cuyas luces se reflejan en diversos espejos regados por todo el salón. Eso, combinado con los muebles, la mantelería, la cristalería y las vajillas de la Belle Epoque dan un raro efecto que es a la vez gótico y muy romántico: me hago entender? La carta es predominantemente francesa y cambia muy frecuentemente. Mi sugerencia es pedir el menú degustación que tiene como 10 pasos y es tan teatral como en comedor. Ten en cuenta que es casi indispensable reservar mesa. En la Escala de Zagat calificaría a Cordelia asi: Comida: 26; Ambiente: 29; Servicio: 26; Costo: Caro pero manejable. En la Escala de Jaeckel está en la categoría D: si vuelvo a Tel Aviv, allá iré. Si quieres algo igualmente ecléctico, pero mas informal y mas barato, Nir Zook tiene, ahí pegado, otro restaurante Noa Bistro (14 Hatzorfim St. Teléfono 03-681-3271) que comparte la cocina  - mas no carta - con Cordelia. Puedes verlo en el mismo website.


Y ya que mencioné a Zichron Yaakov, ahí almorzamos en Picciotto, (41 Hameyasdim St., Teléfono 04-629-0646) que figura en varias listas de mejores restaurantes y nos pareció excelente. El nombre es el apellido de su dueño y primer chef, un ex piloto de aviones de caza de la fuerza aérea israelí, actualmente dedicado a la computación.  Queda en una casa de granja de fines del Siglo XIX restaurada con múltiples detalles de esa época. La cocina la describen indistintamente como francesa contemporánea, fusión mediterránea, nueva israelí y contemporánea. Yo me limitaría a llamarla muy sabrosa. En la Escala de Zagat le pondría Comida: 25; Ambiente: 24; Servicio: 27; Precio: Razonable. En la Escala de Jaeckel, Categoria D: es para repetir.


Y esto me traé a un tema afín: los vinos, sobre los cuales también fui ampliamente informado por Tal, el bailli de la Chaine. Zichron Yaakov es una zona agrícola iniciada por el Baron Edmond von Rothschild hace mas de 130 años,  con viñedos que tienen mas de un siglo de tradición. Pero no es la zona vinícola mas antigua de Israel: varios conventos vienen haciendo vinos desde el medioevo, algunos dizque excelentes. Sin embargo los vinos de Israel eran pocos y poco sonaban, hasta los años 80's en que empezaron a aparecer viñedos por todos lados. Hoy hay siete zonas vinícolas, e inclusive hay algunas vinerías en el desierto del Negev donde por goteo computarizado están produciendo muy cotizados vinos Merlot.


Hoy funcionan en Israel mas de 200 vinerías, algunas vendiendo tan poco como 600 botellas y otras produciendo hasta 13 millones de botellas anuales. Vinerías como Carmel y Golan Heights exportaron el año pasado alrededor de 30 millones de dólares y se han posicionado en Europa al nivel de los buenos vinos australianos. Un buen plan es ir a conocer vinerías. Las grandes como Golan Heights ofrecen visitas y catas guiadas que arrancan siendo interesantes y terminan siendo deliciosamente divertidas. Muchas de las pequeñas tienen buenos restaurantes en que muestrean generosamente sus productos.


A medida que voy escribiendo es cada vez mas lo que voy recordando, pero ya pasé 4500 palabras que es mas del doble de lo que considero prudente escribir en una tanda, de manera que – aunque abruptamente – aquí voy a cortar.


Si llegaste hasta aquí, MIL GRACIAS POR ACOMPAÑARME!


Saludes,


Juan Jorge Jaeckel


P.D. Mi impresión es que en Israel los costos para el viajero son algo mas bajos que los de Europa, pero que los hoteles, sin ser una maravilla, por exceso de demanda, tienden a ser caros.


P.D. # 2. Israel, aunque no lo parezca, es parte del Medio Oriente. Por eso yo recomendaría evitar viajar en los meses de verano que pueden ser insoportablemente calientes.

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