t.Subject: PAN Y CIRCO (....como decían los Romanos) ch
Date: Mon, 30 Jan 2012
Hola:
Ante todo, buenas noticias: Renacerá el Restaurante Klaas, uno de los pocos calificados con D (uno de mis favoritos) en la Escala de Jaeckel. La recompensa que ofrecí por dar razón de él la ganó mi esposa Yarka. Pero no me acuses de nepotismo: resulta que hace unos días vio alguna actividad en el cerrado local que da al parque Benito Juárez, a una cuadra de nuestra casa. Entró y encontró a Klaas y a su señora haciéndole reformas. Resulta que cerraron, reconstituyeron su empresa y van a abrir en estos días con el mismo estilo de cocina que tanto nos gustó y con un nombre nuevo pero aún indeterminado. El premio de consolación lo ganó Diana Rojas, insigne fotógrafa y colaboradora de la revista gastronómica virtual Salmuera, quien me envió el e-mail de Klaas. En estos días se lo entregaré.
Ahora hablemos de Espectáculos (así, con mayúscula) que es otro de mis temas favoritos. Desde hace algún tiempo uno de mis eventos favoritos son las operas del Metropolitan Opera en salas de cine. Desde siempre el Met ha hecho transmisiones radiales de sus "matinés" de los sábados, y desde la temporada 2006/2007 también transmiten algunos por video de HD para ser pasadas en salones públicos en el mundo entero. Son literalmente cientos las salas de cine en mas de 60 países que presentan las operas "en vivo y en directo". Desde hace cuatro años estas transmisiones las "baja" Cine Colombia y las pasa en Cali, Medellín y Bogotá. La programación la puedes ver aquí: http://metopera.distribucioncinecolombia.com/index.html . Algunas operas las repiten una vez más, también en sábados a medio día.
La programación del Metropolitan Opera Live in HD, el nombre oficial de estas transmisiones, es muy variada. Desde luego incluye los clásicos "caballitos de batalla" de Verdi, Puccini, Rossini que siempre mueven grandes masas de audiencia, pero también obras que rara vez se ven tal como operas barrocas, operas contemporáneas y operas nuevas, algunas comisionadas por el mismo teatro. Todas tienen en común extraordinarias voces y extraordinarios montajes que en el fondo son lo que mantiene el Met siempre lleno: uno sabe que no importa a que vaya, va a ver un gran show.
Hay varias cosas que aparte de las operas mismas hacen que Metropolitan Opera Live in HD sea una experiencia única y diferente. Por ejemplo, el cubrimiento con mas de 20 cámaras permite ver la obra en panorámica y también muy de cerca; ver a los cantantes en close-up da a la actuación de los cantantes una importancia mayor y distinta a la que tiene si uno los ve en el teatro. Pero sobre todo lo que sucede antes y después de cada acto: con uno de los protagonistas de la siguiente transmisión como presentador, explican la opera, entrevistan a algunos de los responsables de la producción, a los cantantes protagonista que participan y hasta muestran como se van montando las escenografías. Todo esto "en vivo y en directo". Eso la da una nueva dimensión al espectáculo y - suena extraño pero es cierto - hace que uno realmente se sienta involucrado en lo que esta viendo y oyendo.
Desde que regresamos de Missouri hemos visto dos operas, por cierto muy distintas a lo tradicional: Vimos en diferido La Isla Encantada, una nueva opera barroca que en cierta manera me recordó las "Antologías de la Zarzuela" con que suelen cerrar las temporadas de zarzuela en Bogotá: reúnen las mejores escenas de varias obras, las visten con luces y color, y presentan un espectáculo melodioso y entretenido del que el público sale feliz. En este caso los productores del Met hicieron algo parecido: del extenso catalogo barroco escogieron melodías de Händel, de Vivaldi, de Rameau y de otros compositores. Para unirlas todas con una historia recurrieron a Shakespeare: tomaron la ubicación y personajes de La Tempestad y mediante un naufragio les enviaron los enamorados de El Sueño de Una Noche de Verano. Y por si acaso, le añadieron al dios Neptuno, este en la persona de ni más ni menos que Placido Domingo.
La trama, como en las dos obras de Shakespeare, esta llena de magia, pero como esta a veces falla, genera a una comedia de errores. La producción esta llena de sorpresas escénicas producidas por espectaculares efectos multimedia, y de sorpresas musicales: Prospero que me lo imaginaria cantado por un bajo resulta ser contratenor; Ariel que si podría ser un contratenor es una soprano; el Príncipe Fernando – el galán de esta novela – a quien me imagino como un poderoso tenor muy dramático, también es contratenor. En fin, con bella música, extraordinarias voces, un sorprendente montaje escénico y muchísimo humor, este es un espectáculo realmente divertido.
También en diferido vimos Satyagraha (palabra sanscrita que traduce "la fuerza de la verdad"), del compositor norteamericano Philip Glass, autor de 20 operas, pocas de ellas conocidas. Fue una experiencia rara. Cuantas veces has oído una opera cantada en sanscrito? Esta lo es: son siete escenas, sin secuencia cronológica, sobre los mas de veinte años que Gandhi vivió en Sudáfrica, donde concibió y gestó su primer movimiento de protesta no violenta como herramienta política. La opera no tiene diálogos: lo que los personajes cantan son frases del Bhagavad Gita, un texto sagrado hinduista, que juzgando por subtítulos ocasionalmente proyectados, tienen que ver con la justicia, la dignidad de los seres humanos, la libertad. La música es minimalista, austera y muy, muy repetitiva. Todo, empezando por los movimientos de los personajes, es lento y deliberado: el efecto es casi hipnótico. Algo parecido, me imagino, a una meditación. Suena extraño? Si, y con el uso de los recursos que tiene el escenario del Met, lo es aún más. Vale la pena verlo? Sí. Hay que ver de todo para saber donde está uno.
Pero todo lo anterior es un preámbulo a lo que realmente quería decir: el sábado 11 de Febrero a las 12:00 el Met va a transmitir El Ocaso de los Dioses, con lo cual cierra el ciclo del Anillo de los Nibelungos. Me imagino que va a ser absolutamente espectacular – todas las seis horas que dura. Si te interesa, sugiero que compres ya las boletas porque la demanda a todas las operas ha sido tal al final, que si algo se consigue, esta en las primeras filas y eso no es bueno.
Y a propósito de Göttedämmerung, la mejor presentación de opera wagneriana a que he asistido fue precisamente esta en, sorpréndete, el Teatro Massimo Bellini (http://www.teatromassimobellini.it/index.asp?language=1 ) de Catania, una pequeña ciudad (300.000 habitantes, área metropolitana de 750.0 00) en la costa este de Sicilia. Es un teatro muy por el estilo y de la época de nuestro querido Teatro Colón, con la diferencia de que es un poco mas grande y está activo: solo en materia de opera su compañía residente presenta siete producciones diferentes al año.
Cambiando de género, hay otro espectáculo que vimos recientemente y que Yarka y yo queremos recomendar: Toc Toc, en el Teatro Nacional La Castellana (Calle 95 # 47-15, teléfono 256-1399, http://www.teatronacional.com.co/micrositio.php?id=8 ). La vimos con mi hija Elisabeth y con Felipe, mi yerno, unos días antes de salir a Missouri, y "nos divertimos como enanos" – Upps! perdón, creo que este es un giro que ya no es políticamente correcto. El éxito de esta comedia ha sido tal que el Teatro Nacional ha extendido la temporada hasta la iniciación del Festival de Teatro. Nosotros y el resto del publico que llenaba la sala a rebozar, nos "reímos a mandíbula batiente" y este es un giro que hace años no había encontrado justificación para usar. El reparto lo conforman algunos de los mejores actores del país, Carlos Muñoz, Marcela Benjumea, Luis Eduardo Arango, Carolina Ramírez y Kristina Lilley, y Jean Paul Leroux, igualmente bueno, pero nuevo en esta plaza. No dejes de ver Toc Toc!
Para concluir, algo sobre gastronomía: Hace algún tiempo escribí una nota sobre el Restaurante Casa (Carrera 13 # 85-24, Teléfonos 236-3755 y 704-4606), en la cual decía que me quedaba pendiente probar el Cochinillo en Cocción Lenta con Chutney de Albaricoque ($56.900). Este domingo volvimos a Casa y tuve la oportunidad de probarlo. Justificó la ida. Yo siempre he sabido que en el mundo entero, el punto de referencia para los Cochinillos son los hechos en el horno de leña del Mesón de Cándido en Segovia. Me consta que son extraordinarios, pero este cochinillo, totalmente diferente (a Cándido lo revolcaría en su tumba que alguien le pusiera chutney a su cochinillo), es igualmente delicioso. Es tierno – tiernísimo - viene con su propia salsa, tiene pellejo crocante y lo acompaña un chutney, sí, un chutney de albaricoque…. Y vuelve a sorprenderte, funciona divinamente! El precio lo hace uno de los platos mas caros en Bogotá, pero merece cada centavo.
En cuanto a la calificación de Casa, me ratifico en la anterior, con una sola excepción. Tras el Cochinillo y picotear los platos de mis acompañantes subo un punto la evaluación de Comida. En la Escala de Zagat (de 1= pésimo a 30 = absoluta perfección) queda así: Comida: 27; Ambiente: 24; Servicio: 25; Precio: Acorde con este nivel de restaurantes. En la Escala de Jaeckel (Categorías A: no debí haber ido; B: fui y no pasó nada; C: fui y podría volver; D: uno de mis favoritos) lo pongo en la Categoría D: por el Cochinillo y tantos platos más, seguiremos yendo frecuentemente.
Un abrazo,
Juan Jorge Jaeckel
P.D. Si por las referencias quieres ver una de mis crónicas anteriores, probablemente la encuentres en este link: http://cronicasdejaeckel.blogspot.com/
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