Wednesday, July 11, 2012

EL NUEVO RESTAURANTE DE LEO - 2012


Wed, 4 Jul 2012


Hola:

El pasado lunes festivo Yarka tuvo una magnifica idea: me dijo "Leonor Espinosa esta abriendo un restaurante en el nuevo hotel en la carrera 15, cerca a la Embajada Británica: ensayémoslo" y yo inmediatamente busque el hotel y llame a averiguar y reservar mesa. El restaurante  se llama  RESTAURANTE LA LEO – Cocina Mestiza  (Carrera 11 nº 86-74, Tel. (1) 639-9975), y queda en el Hotel B.O.G. (www.boghotel.com.), uno de los varios nuevos Boutique Hotels que se están brotando silvestres en nuestra ciudad. Este es pequeñamente elegante (55 habitaciones), con espacios  amplios y sobrios de aspecto muy costoso (lo son: tarifa mínima es US$ 260.00 + impuestos por noche!), todo muy lindo. A pesar de lo pequeño el hotel ofrece casi todos los servicios;  el comedor para desayuno, almuerzo y comida es La Leo.
Leonor Espinosa tiene cuatro dones: 1. es una minuciosa investigadora de lo que se come hasta las mas remotas regiones del país; 2. es inmensamente creativa; 3. cocina muy sabroso y 4. tiene un profundo sentido de su misión: hacer conocer el inmenso potencial de los deliciosos y muchas veces desconocidos ingredientes que tenemos  en Colombia. Los descubre hasta en los sitios mas aislados y con mucha imaginación, conocimiento de cocina y sobre todo talento los transforma en deliciosos platos que no son típicos pero si muy colombianos. Por eso  Leo, Cocina y Cava – sin Ajiaco Santafereño ni bandeja Paisa - es literalmente un restaurante colombiano. En La Leo, por ser un hotel cuya clientela va a ser en un alto porcentaje de visitantes foráneos, mezcla  ingredientes netamente colombianos con otros que son universales: por eso lo llama  Cocina Mestiza.

El Restaurante La Leo – Cocina Mestiza va en todo con el hotel. El bar, frente a la recepción, vierte a un gran comedor que a su vez da a un atrio al aire libre cubierto con vidrio que ni de noche se enfría gracias  a una larga chimenea horizontal que remata el extremo del restaurante. Todo  es un gran espacio continuo decorado casi exclusivamente en negro y dorado. Las paredes son negras, los muebles son negros. Aquí y allá hay toques decorativos con elementos nacionales y algo de verde esmeralda. Y hay oro por todas partes: la entrada al atrio esta enmarcada con dos palmas totalmente doradas que van de piso a techo y hasta los individuales de las mesas y los platos de base están saturados de fulgurantes chispitas de oro. Sorprendentemente el restaurante es menos oscuro de lo que uno pudiera temer. Si me preguntas el estilo arquitectónico  tendría que decir "Contemporáneo Descrestante", tan en boga en los restaurantes recientes de Bogotá. Es espectacular y totalmente diferente a Leo, Cocina y Cava. 

Cuando llegamos a La Leo, tras el Wow que produce la decoración le pregunte al joven que por su aspecto pareció ser el maître, o al menos primero entre pares, cuanto llevaban funcionando y me contesto que el hotel abrió a principios de mayo, pero que el restaurante apenas lo van a inaugurar próximamente. Cuando pedimos la carta nos recito unos cuantos platos. Insistimos en verla y nos la trajo pero explico que "por ser día de fiesta" solo podía ofrecernos los platos que había mencionado.  Desde ese momento notamos que el personal, casi todo muy joven, cortes y muy entusiasta, estaba un poco confuso y desorganizado. En ese momento también me di cuenta que no era posible hacer una evaluación justa del restaurante que apenas está cuajando, pero no me aguanto las ganas de comentarlo, aunque sea solo a manera de "sneak preview". Mas adelante podré evaluar el restaurante que será. 

La carta, bastante extensa y  diferente a la de Leo, Cocina y Cava, también  esta conformada por platos que por sus ingredientes suenan intrigantes y algo exóticos. Como éramos tres (nos acompañó Mariana Richard de Latiff, prima de Yarka), y los tres somos gastronómico-curiosos, le pedimos al mesero que nos pusiera a cada uno un platico y que nos trajera, uno por uno,  tres entradas y tres platos fuertes, lo cual no solo hizo, sino que por iniciativa propia nos cambió platicos y cubiertos cada vez que traía algo nuevo. El resultado: Menú Degustación! Voy a mencionar las bases de los platos que probamos, los cuales de por si son intrigantes, pero no voy a indicar los otros ingredientes porque eso sería contar el final de una película de suspenso: dañaría el elemento de sorpresa cuando lo vayas a probar. 

Empezamos con un Carpaccio de Langosta ($33.900), un Carpaccio de Mero ($21.900) y un Tahine de Garbanzo ($23.700): el mas delicioso la langosta, el mas sorprendente el Tahine, pero ninguno de los tres es exactamente lo que uno se imagina. Los platos fuertes fueron un Tamal de Robalo ($38.700), un Lomo de Cerdo ($32.900) y Muchacho Guisado, todos sabrosos y el Robalo extraordinario!  
Como Cortesia nos sirvieron unas diminutas Orejas de Perro, originarias del Tolima Grande que son unas delgadas arepas que sirve con una salsa de ají dulce amarillo. Yo las arme al estilo Pato de Pekin, y efectivamente se ven como orejas de perro. Cuando pedimos pan se disculparon porque "Aquí no manejamos pan" y en cambio nos trajeron más Orejas de Perro. Entre entradas y platos fuertes nos ofrecieron un cremoso Helado de Curuba, tan acida que casi perecía maracuyá: muy efectivo para limpiar el paladar.

La Leo tiene una Carta de Vinos muy variada con buenos vinos  y precios que van desde exorbitantes has bastante razonables: solo hay que encontrarlos.

Los meseros todos estaban muy bien informados sobre los ingredientes de cada plato y en todo momento fueron amables, aunque se notaban desorganizados en sus funciones. Los precios, como abras notado, son bastante elevados, pero al fin y al cabo es un restaurante de gama alta.

En resumen, aunque es prematuro dar una opinión definitiva sobre un restaurante que aún está en proceso de maduración, por mi experiencia del lunes pasado califico a La Leo en la Escala de Zagat (0 = pésimo a 30 = absoluta perfección) así: Comida: 28; Ambiente: 27; Servicio: 23; Precio: Muy Caro. En la Escala de Jaeckel (A: no debí haber ido; B: fui y no pasó nada; C: fui y podría volver; D: uno de mis favoritos) le pongo D: me gustó mucho, ciertamente voy a volver y me reservo el derecho de revisar estas calificaciones.

Un abrazo,

Juan Jorge Jaeckel

P.D. He actualizado las Crónicas de Jaeckel. Si quieres ver algunas de las anteriores las encuentras en http://cronicasdejaeckel.blogspot.com

No comments:

Post a Comment