TEO, ANTARA y EL BANDIDO y sera que Claro desiste?
Hola:
Desde hace tiempos no comento restaurantes, cosa que como bien sabes, me agrada hacer. Eso no se debe a que hayamos abandonado el delicioso hábito de comer fuera de casa, sino mas bien que mis ambiciones justicieras con Claro no me han dejado tiempo para sentarme tranquilo a meditar sobre tan sabroso asunto, requisito indispensable para opinar coherentemente sobre algo tan lúdico como es comer bien.
Me place informar que con Claro hemos logrado importantes avances: hace unos días recibimos una carta en que nos comunican que en vista de nuestra insistencia han decidido reducir nuestra tarifa mensual de los $ 232.997 que abusivamente pusieron en el nuevo contrato, no a los $210.000 que fue lo que ofrecieron y nosotros aceptamos, sino a $ 208.000 mensuales, aunque el computador que genera las facturas sigue mostrando el contrato en $ 245.099 mensuales. ¿Tu entendiste? Yo tampoco, pero en todo caso los $ 208.000 lo tenemos por escrito y lo pensamos hacer cumplir.
Como todo Ying tiene su Yang en la misma carta nos informan que el saldo de nuestra cuenta con ellos, en vez de ser positivo ya que habíamos prepagado el año que va de Diciembre 1, 2011 a Noviembre 30, 2012, al hacer el nuevo contrato "expiro" (con lo cual se embolsican alrededor de $ 800.000 pesos) y que "contra esta determinación no procede ningún recurso". Tanto Yarka como yo pensamos que eso esta por verse porque por encima de Claro, a pesar de ser parte del imperio de Carlos Slim - el hombre mas rico del mundo – en Colombia al menos, están la Superintendencia de Industria y Comercio y la Autoridad Nacional de Televisión.
Y como dije antes, no desistimos: Yarka, documentos en mano, tras negarse a someter por escrito otra PQR (Peticion, Queja, Reclamo) como nuevamente exigieron, tras horas de largas discusiones y altercados con diferentes funcionarios en la oficina de Claro en la Séptima con 76, finalmente encontró uno que se atrevió a salirse de su libreto y ajustar las saldos y las facturas: no menciono su nombre porque seguramente le causaría problemas. Al fin quedamos con una diferencia de algo menos de $ 20.000 a favor del Sr. Slim, lo cual me parece justa compensación por todos los engañosos esfuerzos que por tres meses hizo Claro para separarnos de mas de nuestro dinero de lo que habíamos convenido.
Si recibes una oferta de Claro que te parezca buena Caveat Emptor. Estas advertido: tendrás sorpresas desagradables! Para eso es la situación dominante en el mercado.
Pero cambiemos de tema y vamos a lo bueno, restaurantes. Voy a ser breve en cada comentario porque son muchos los nuevos restaurantes que hemos conocido en las últimas semanas:
El restaurante Teo Estiatorio (Avenida 19 # 114-06, Tel: (1) 378-8300,) queda en el nuevo Hotel Morrison de la avenida 19 con calle 114. Mas exactamente, es el restaurante del hotel y queda en un saloncito al fondo del primer piso y en el patio de atrás, cubierto y muy agradable. Siendo el único restaurante del hotel tiene una clientela cautiva, razón por la cual me da la impresión que al menos en la cocina no se esfuerzan demasiado: es una lastima porque es, como el nombre lo indica, un restaurante griego : una rareza en Bogotá…. y algo que estaba haciendo falta. La carta es Clásica: ofrece como entrada variadas Mezedes, bastante buenas algunas, y diferentes ensaladas; la Moussaka ($ 16.000) es aceptable. Pero en lo que es carnes no aciertan de a mucho: las que probé estaban duras. En la Escala de Zagat (de 0 = pésimo a 30 = absoluta perfección) le daría Comida: 20; Ambiente: 24 (en la terraza; en el salón daría escasos 18) ; Servicio: 24; Precio: en términos de hoy, Razonables. En la Escala de Jaeckel (A: no debí haber ido; B: fui y no pasó nada; C: fui y podría volver; D: uno de mis favoritos) lo califico con B+ porque creo que el Sr. Estiatorio es perfectamente capaz de preparar bien las carnes, y por ser este el único restaurante griego en Bogotá, hasta podría probarlo otra vez.
En Usaquén conocimos un nuevo restaurante peruano (cosa que no tiene nada de raro ya que cada mes aparece al menos un peruano mas) y nos gustó muchísimo: se llama Antara (Carrera 6A No. 117-32, Tel. (1) 704-1383). Ocupa la parte delantera de una antigua casona a una cuadra de la plaza de Usaquén, su interior, estilo rustico-colonial-minimalista, es cómodo, es tranquilo y es espacioso. Fundamental en la decoración son cientos de botellas que hacen parte de su extensa lista de vinos: tiene un ambiente muy agradable. Además, Antara parece ser un restaurante merecidamente exitoso. El chef Héctor Hernández trabajó con Rafael Osterling y armó una carta con muchos nombres peruanos, pero su cocina tiene influencia mediterránea y uno que otro toque "molecular", aunque no tantos como para espantarnos a los tradicionalistas. Los ceviches y los tiraditos son muy sabrosos. Recomiendo el Cochinillo Crocante con Salsas de Fríjol y de Maracuyá que sirven en porciones generosas, pero advierto que este es bastante caro ($56.800) y a veces se acaba. Buena es la Causa con Mero Escabechado ($ 19.800) y el Cau Cau de Mariscos ($ 26.200). En cambio,\como postre, los pequeños Tres Suspiros ($ 16.900) dan tristeza. En la Escala de Zagat le pondría Comida: 26; Ambiente: 25; Servicio 25; Precio: Caro. En la Escala de Jaeckel, le pongo una gran D: nos gustó y mucho; pensamos volver.
En la plazoletica de la Capilla de Santa María de los Ángeles, donde la Calle de los Anticuarios llega (pero no sale) a la Carrera Séptima, en un escondido local que antes habían ocupado varios restaurantes que pasaron a la historia sin pena ni gloria, hace casi un año abrió un bistró que se llama El Bandido (Calle 79B No. 7-12, Tel. (1) -212- 5709). No tiene nada que uno diga que es sorprendentemente novedoso, pero desde el primer día se convirtió en restaurante in, de esos en que hay que tener mesa reservada. Porqué? Por la sencilla razón de que el sitio es cómodo y acogedor, el personal es amable, los precios son (comparativamente) razonables, y la comida que sirven es – sin ser sorprendente – muy buena. Como dicen: Bueno, Bonito y (casi) Barato. Y eso es algo que los comensales apreciamos. El local no es el clásico "bistró", no tiene manteles rojos a cuadros ni velas en las mesas: la decoración es, si algo, ecléctica con muebles de diversos estilos, algunos en una terraza cubierta sumergida bajo el nivel de la Séptima. Los platos los presentan en forma atractiva pero tradicional: lo que hacen en sartén lo sirven en sartén. Los meseros saben lo que están ofreciendo y haciendo. De miércoles a sábados por las noches tienen música en vivo. Lo que mas nos gustó fueron el Pulpo a la Parrilla ($ 24.000), el Steak Tartar ($ 21.500), los Mejillones a la Marinera ($ 24.000), El Pescado en Papillote ($ 33.000), todos bien preparados y sin sorpresas. Pero repito, hay que reservar. En la Escala de Zagat le pondría Comida: 26; Ambiente: 24; Servicio: 25, Precio: Razonable. En la Escala de Jaeckel merece una gran D; pronto volveremos.
Si - tal y como espero - Claro ha desistido de engrosar a costillas nuestras y en forma indebida las arcas del Sr. Slim, en los próximos días te enviare opiniones sobre unos cuantos restaurantes mas. Si Claro insiste, volveremos a la lucha porque tenemos el tiempo para no tolerar los abusos que están cometiendo con nosotros (y con miles de miles de usuarios ¿talvez los34 millones que dicen tener?) gracias al usufructo de su mal habida situación dominante. ¿David y Goliat? Cualquier piedrita ayuda.
Un abrazo,
Juan Jorge Jaeckel
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