Sunday, February 17, 2013

NASHVILLE, OPRYLAND Y MÚSICA COUNTRY - 2013

Hola:
Tarde, pero de parte de Yarka y mía,  de todas maneras ¡Feliz Año!     
Acabamos de  regresar de nuestro viaje de Diciembre/Enero y encontramos que todo está rodando en este 2013, excepto los camiones compactadores alquilados por nuestro insigne alcalde, quien  sigue dejando acumular basura a rodos. En la cuadra de mi casa (calle 77 entre carreras 9ª y 11) que son algo menos de 200 metros encontré 5 huecos nuevos, una tronera justo en la esquina,  y montones de sacos blancos y negros de basura,. El doctor Petro, con mucho espíritu "social", prometió no gastar un peso tapando huecos  mientras haya un solo niño con hambre. Contrario a lo que dicen sus  objetantes, lo de los huecos y lo de las basuras, como todo lo demás, lo tiene sabiamente planeado: la movilidad se arregla porque los  vecinos, desesperados, pronto estarán tapando los huecos con la basura acumulada. 
Pero entremos en materia: en este viaje estuvimos en el sureste de los Estados Unidos, concretamente en tres ciudades disimiles: Nashville en Tennessee, Savannah en Georgia y Charleston en Carolina del Sur. Según la cuenta del alquiler del carro recorrimos 1,541 millas (2.580 kilómetros),  sin un solo hueco:  encontramos dos zanjas, eso si debidamente marcadas con antelación, en las cuales cuadrillas de obreros estaban haciendo algunas reparaciones. Andar por calles y carreteras así se vuelve rápidamente muy monótono y le quita emoción al viaje: mucho mas interesante y seguro tener montones de huecos para esquivar: uno se mantiene alerta, pendiente del camino: otra muestra de buena planeación de nuestro insigne alcalde.
Porqué fuimos a Nashville?  Por pura curiosidad de saber como es eso del Grand Ole Opry. Sabíamos que tenía que ver con música country, pero nada más. Grand Ole Opry (www.opry.com/) es un programa radial en vivo que se transmite desde  Noviembre de 1925 por la emisora WSM. Actualmente va de 7:00  a 9:30 p.m. los viernes y los sábados (también los martes de marzo a principios de diciembre) y desde 1974 se origina en el Grand Ole Opry House su propio "radio teatro" con capacidad de 4.400 espectadores y boletas que van de US$ 35 ("limited view") a US$ 57.00, cada una (¡que buena taquilla!): es la catedral de la música country, que como la música vallenata, es un gusto adquirido. Yo los he adquirido ambos.  
Los dos géneros musicales se parecen, no en ritmo y no en instrumentación; tampoco en estilo, pero si en concepto: ambos son un cuento narrado con música. Y de ahí en adelante, cada cual hace lo que mejor le perece. Los que cantan y tocan música country se visten como mas les guste: desde pesadas camisas de trabajo y desarrapados jeans rotos hasta brillantes vestimentas de satín, sedas, canutillos  y lentejuelas (tanto mujeres como hombres). Generalmente la vestimenta refleja la temática de sus repertorios: pueden ser vaqueros, westerns, blues, montañeros de Apalachia…. la variedad es inmensa.
Pero de te dejes engañar por los desarrapados: la música country genera plata a borbotones: es por mucho el género musical que mas vende en los Estados Unidos. Según la Cámara de Comercio entre las 7 de la mañana y el mediodía en Nashville se graba más música que en todo el resto de los Estados Unidos en una semana entera. Para eso hay operando 3.200 estudios de grabación. Y parece que todos ganan muy bien: Nashville está rodeado de inmensos suburbios de lindas mansiones, todas en inmensos lotes que parecen fincas: al fin y al cabo es "country". Me impresionó tanto la prosperidad de la tierra del Opry  que pienso que mis nietos deben considerar muy seriamente en estudiar en un conservatorio en Tennessee en  vez de una universidad.
¿De donde viene el termino Opry que denomina a todo Nashville? En sus inicios el muy popular programa  de música country de la emisora WSM  salía al aire después de un programa de música operática,  razón por la cual el maestro de ceremonias una vez dijo que después de la Grand Opera seguía él con su "OPRY", opera en diminutivo: el término pego de inmediato. Me consta que el cuento es auténtico porque me lo contaron!
Con Yarka vimos dos transmisiones del Grand Ole Opry, pero no en el Opry House que para la temporada de fin de año fue ocupado por un  gran espectáculo musical con las Rockettes (los bailarinas que, todas sincronizadas, todas en fila, levantan al cielo sus bellas y larguísimas piernas. ¿Las recuerdas?… todavía funcionan por temporadas en el Radio City Music Hall, su hogar en Nueva York, y ocasionalmente como "Road Company" en el resto del país. Es un espectáculo muy imitado, pero ellas son únicas. Lo gozamos muchísimo.
A nosotros nos tocó ver y oir el Grand Ole Opry en el Ryan Auditorium,  un tabernáculo de fines del siglo XIX que ni es ni lindo ni es cómodo,  pero con su capacidad para 2.300 fieles tiene acústica perfecta y es muy pintoresco. Desde ahí se transmitió el Grand Old Opry hasta 1974. Creo que fue una suerte poder verlo allá. 
El  Grand Ole Opry  es exactamente un programa radial de los tiempos cuando la radio era la reina de los medios. Cada una de sus transmisiones son cuatro programas unitarios de media hora seguidos, cada uno con dos artistas o conjuntos invitados, un "maestro de ceremonias", un locutor que lee los textos comerciales y un grupo de músicos de estudio (lo que aquí llamábamos "la orquesta de la emisora") que acompañan a los invitados. El programa  es como una máquina del tiempo que me llevo a los tiempos los grandes espectáculos radiales que originaban en los radioteatros de la Emisora Nuevo Mundo de nuestro cofrade Fernando Londoño Henao y la Emisora Nueva Granada que en ese entonces gerenciaba Chucho Álvarez…. Pero suena muy distinto: en vez de boleros y mambos, los ritmos y las tonalidades son de  country. Y créeme: después de un rato uno les coge el gusto.
Yarka y yo le cogimos tanto gusto que en varias noches salimos a los muchos bares de música que se concentran en 6 cuadras del centro de la ciudad, en el sector que llaman The District: sobre Broadway queda "Honky Tonk Highway " que son un montón de bares, todos con bandas de country clásico, muchos de los cuales también sirven deliciosos  Barbecue Ribs. Los que mas nos gustaron  fueron Legends Corner y Tootsie's Orchid Corner de un lado de la calle y Robert's Western World en el andén de enfrente. Pero son muchos mas y todos muy llenos, alegres y ruidosos. Por la Tercera Avenida que cruza Broadway quedan bares que están dedicados a variantes musicales: ahí encontramos a un local de B.B. King donde oímos sentidísimos blues y el Wild Horse Saloon donde impera el two step y el line dancing que aun a mi edad es bien divertido (en este viaje pase de "Joven de 78" a  "Ciudadano Mayor de casi 80"). Y le mejor: contrario a lo que esperábamos, los precios en todos estos establecimientos son baratísimos. Excepto por el Wild Horse Saloon ninguno cobra cover; las bebidas están solo ligeramente por encima de los de supermercado y las barbecues son muy razonables. El entretenimiento los pagan en buena parte con lo que recogen en una gran vasija que hay a la salida marcada "tips". A todos los músicos noveles les interesa hacerse oir en el District  sin importar mucho el ingreso.
Y de Nasville, ¿que?   Es una pequeña ciudad de alrededor de 600.000 habitantes que gira alrededor de  música y de servicios de salud. De hecho la emisora WSM que origina el Grand Ole Opry era de la National Life & Accident Insurance Company (sucedida hoy por Humana), que la utilizaba para publicitar sus seguros médicos y de vida  (todavía lo hacen!). También es sede de Vanderbilt University, su escuela de medicina y su red hospitalaria, de Belmont University y de Fisk University, la famosa universidad negra. Desde que uno llega descubre que es un mundo distinto: el aeropuerto es un hub de aviación regional al que diariamente llegan cientos de aviones Embraer y Bombardiers, jets pero pequeñitos, para máximo 70 pasajeros. En consecuencia las salas de embarque son pequeñitas Es un aeropuerto grande, pero en miniatura. Los pasillos, en apacibles tonos de beige,  también son diferentes: en vez de asientos o bancas hay montones de sillas mecedoras de madera, como las de los abuelos. Desde el aeropuerto uno sabe que llegó a una ciudad  que marcha a un ritmo diferente.
Y fuera de oír música country ¿que hay para ver y/o hacer? 
Como todo en Nashville se relaciona de alguna manera con  "OPRY" optamos por alojarnos en el Gaylord Opryland Resort & Convention Center (2800 Opryland Drive, Nashville, Tennessee 37214, teléfono +1-866-972-6779,  http://www.gaylordhotels.com/gaylord-opryland/index.html)  que no se parece en nada a lo que yo haya conocido como hotel, resort o centro de convenciones. No es un edificio sino un campus de innumerables edificios de máximo 6 pisos, todos en el mismo estilo, alrededor de cuatro grandes jardines, unidos (¿o separados?) por senderos, con un total de 2.882 – si dos mil ochocientas ochenta y dos - habitaciones casi idénticas: hasta aquí bastante raro. Pero oye esto: todo este inmenso conjunto, para que el clima nunca lo afecte, está bajo un solo techo de vidrio: no hay vientos ni lluvias y la temperatura es siempre, sea de día o de noche, la misma:72 Grados Fahrenheit, 22 Grados Centígrados. Es un gigantesco invernadero que a la distancia de ve como el Grand Palais en Paris, pero menos fino y muchísimo mas grande.
En este invernadero hay 9 restaurantes de manteles, y cerca del doble entre informales y puestos de comida, y cuanta forma de entretenimiento te puedas imaginar, incluyendo muchos manejados por Dreamworks (Schrek, Kung Fu Panda y todos sus amigos) dirigidos a los niños. Si te interesa ver este raro hotel,  abre este link http://www.gaylordhotels.com/gaylord-opryland/  y en la última franja que dice "Expirience a 360º Walkthrough" pulsa cada una de las cuatro fotos para ver las cuatro áreas en que está dividido. 
El hotel es parte de Opryland un desarrollo iniciado en los años 70's, que incluye en Grand Ole Opry House, el muelle del cual zarpa el General Jackson Showboat (http://www.generaljackson.com ), un teatro flotante como los que abundaban hace cien años en los ríos del medio oeste norteamericano (recuerdas el musical de Jerome Kern?), el centro comercial Opry Mills, campos de golf, suficiente para tenerlo a uno activo y sin salir por varios días.  Ahí estuvimos 4 dias. 
Luego nos pasamos al centro y nos alojamos en el Union Station Hotel  (1001 Broadway, Nashville, Tennessee 37203, teléfono  1-615-726-1001,  http://www.marriott.com/hotels/travel/bnaak-union-station-hotel-autograph-collection/ ), construido en lo que fue hasta hace unas décadas la estación de trenes de la ciudad: es un edificio monumental de 1900, en perfecto estado, con los pisos altos que eran oficinas y bodegas convertidas a elegantes habitaciones y con el gran hall todo restaurado a sus épocas de gloria. Vale la pena que veas las fotos en el link. Pero esta no es la primera ex-estación ferroviaria en que nos hemos alojado: el año pasado por esta misma época estuvimos en  Missouri y en San Louis  (http://cronicasdejaeckel.blogspot.com/2012/02/viaje-missouri-1-st-louis_09.html ) tambien nos alojamos en la estación del tren: el reciclaje de estaciones parece que arrancó como locomotora !
En el centro de Nashville  que está a solo minutos de Opryland, aparte del Honky Tonk Highway, vale la pena conocer el Country Music Hall of Fame (http://countrymusichalloffame.org) que tiene un montón de exhibiciones que van de lo interesante a lo curioso, pasando por lo divertido; el Centenial  Park con una réplica detallada, única en el mundo y a tamaño real, del Partenón (antes de que fuera ruina) con estatua de Atenea y todo; el Estudio de grabación B de RCA (http://countrymusichalloffame.org/studiob), donde nacieron al menos 200 discos de Elvis Presley y 40.000 grabaciones más. 
Con tanta grabación, en Nashville viven miles de músicos por lo cual es natural que tenga una buena orquesta sinfónica  y que esta cuente con su propia sede,  Schermerhorn Symphony Center, una espléndida sala de conciertos que puedes ver aquí:  http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=yjo4t_8sj9g . Ojala en Bogotá, con casi quince veces mas habitantes tuviéramos algo parecido. Envidia no necesariamente de la buena.
¿Mas para ver y/o hacer?  Conocer cómo vivían los sureños pudientes antes de la Guerra Civil: Belmont Mansion, en el campus de Belmont University, que fue residencia de verano de una de las mujeres mas ricas del Siglo XIX,  Belle Meade Plantation, que fue casa principal de una inmensa plantación  y The Hermitage, en un suburbio muy cercano, que fue la plantación y residencia de Andrew Jackson, el 7º  presidente de los Estados Unidos. Todas, desde luego, funcionaban gracias a los esclavos, tema sobre el cual ahí hay mucho que aprender y entender, aunque resulte imposible aceptar.
Si quieres ir un poco más lejos puedes conocer la destilería del whiskey (con E, para diferenciarlo del escoces) Jack Daniels (http://www.jackdaniels.com/) .  Queda cerca de Lynchburg, entre verdes colinas, con su fuente de agua que dizque lo hace muy especial: su aspecto es bucólico y casi artesanal, pese a ser el mayor productor de whiskey americano y uno de los mayores del mundo. Como dato curioso, Lynchburg es uno de los pocos sitios de los Estados Unidos donde la Prohibición Constitucional del alcohol vigente entre 1920 y 1933 NO se ha levantado: en la destilería solo te pueden vender botellitas miniatura de suvenir.    
Para comer las opciones son ilimitadas, especialmente si se trata de Barbecue Ribs que prácticamente en todas partes, caras o baratas, son deliciosas  y se pueden comer sin cuchillo - preferiblemente con la mano -  porque la carne se desprende sola. Sea donde sea son estupendas. Si al cabo del tiempo tienes necesidad de variar, algunos de los restaurantes del Gaylord Opryland  tienen otras opciones: menciono las que mas nos gustaron: el Old Hickory Steak House, que es una elegante mansión sureña con amplias terrazas construida en uno de los jardines en que nunca llueve (está bajo la bóveda de vidrio). En otros de los jardines y también en terrazas  están  el japonés Wasabi Sushi Bar y Ravello, con cocina del sur de Italia. Talvez el que mas nos gustó fue Jack Daniels, con ambiente de cava, que aquí sí puede servir whiskey  y que se especializa en la cocina local. Fuera del concebido Barbecue, en su breve carta ofrece Southern Fried Chicken, Meat Loaf y Catfish , un tipo de bagre, de bajo prestigio y bajo perfil, que a mi me gusta mucho.
En el centro de Nashville, en pleno corazón del Honky Tonk Highway, hay un excelente restaurant que no dudo en recomendar: Se llama Merchants Restaurant (401 Broadway,  teléfono 1-615-254-3012, http://www.merchantsrestaurant.com/pictures.html )  y data de 1892, mucho antes de que llegara la música country. El  restaurante en realidad son dos: en la planta baja es un antiguo bar/comedero/fuente de soda que por cualquier motivo llaman Bistro, con una carta muy sureña relativamente barata. En el piso alto es un elegante restaurante a manteles con una carta corta pero variada, y precios altos, como los de Bogotá: es un oasis de tranquilidad dentro del bullicio del Honky Tonk! 
….pero ya me extendí mucho. En resumen, Nashville no es el tradicional Paraíso Turístico, pero es alegre, divertido y vale la pena ir sobre todo si uno está dispuesto a una gran ingesta de música y barbecue.
Se me quedaron en el tintero Charleston que según algunos está camino de volverse uno de los principales atractivos de los Estados Unidos y Savannah que para mí, en "pintoresco" y gastronomía está a la altura de Nueva Orleans y San Francisco. Sera en una próxima nota.
Un abrazo,
Juan Jorge Jaeckel

No comments:

Post a Comment